Educación: esfuerzo público-privado

El gran aporte de la inversión privada para mejorar la calidad educativa. Es grato ver cómo, en medio de algunos hechos que ensombrecen el panorama de nuestra educación, como la intervencionista Ley Universitaria o el afán de demonizar la inversión privada -en perjuicio de la excelencia académica- y de alentar desde el estado un nuevo mercantilismo educativo, la iniciativa privada persiste en su esfuerzo de brindar su aporte para mejorar la calidad de la educación peruana Los principales aportes de la inversión privada se dan mediante emprendimientos educativos y en inversiones en infraestructura vía Asociaciones Público-Privadas (APP) o vía Obras por Impuestos (OxI), mecanismos adoptados por el ministro Jaime Saavedra, quien viene impulsando en silencio algunos cambios en ese Sector. El más reciente emprendimiento educativo es la nueva Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC). La meta de su promotor, el empresario Eduardo Hochschild, es convertirla en una de las mejores universidades del mundo, para lo cual ha firmado convenios con Harvard University y el Massachussets Institute of Technology. La asociación estado-empresa privada mediante APP u OxI es clave para remontar el déficit de infraestructura educativa: 63,000 millones de soles que el estado no puede asumir solo. Si lo hiciera tardaría 50 años el cubrirlo: 75% de los colegios sin Internet, 40% sin agua, 30% sin luz; además, miles casi en ruinas o precarios. Los resultados de la apuesta de Saavedra están a la vista. Por ejemplo, el Grupo Crédito entregó esta semana el nuevo colegio Virgen de Guadalupe de Ventanilla (Ciudad Pachacutec). Lo que era un local de triplay con techos de calamina y ventanas de plástico, es hoy, vía OxI, un  edificio moderno con 22 aulas equipadas, laboratorios de cómputo, audiovisuales y ciencias, talleres, servicios básicos de calidad, etc. El año pasado se firmaron compromisos de OxI por más de S/.600 millones (200 más que el 2013). Además, empresas como Southern Perú, Volcan, Telefónica y Antamina, ya han invertido por este mecanismo. Pero según el empresario Dionisio Romero Paolletti, la inversión privada podría aportar más. Por ejemplo en llevar Internet y Wi Fi a los colegios y universidades estatales, o en mejorar los aprendizajes y la gestión compartiendo modelos educativos desarrollados en proyectos privados. De otra parte, la inversión privada también cubre el déficit de la inversión pública en educación a tal punto que si ésta destina el 3% del PBI a ese sector, el capital privado invierte casi lo mismo. Es decir que, gracias a los privados, el Perú destina alrededor del 6% de su PBI a la educación. Una encuesta reciente (Mapcity) también revela que en Lima hay 1,805 colegios estatales de primaria y secundaria frente a 6,242 particulares: en Los Olivos y Ate-Vitarte hay cinco escuelas privadas por cada pública, y en Chorrillos, Villa El Salvador y Villa María del Triunfo esa relación es de 4 a 1. En cuanto a matrículas, los colegios privados absorben más del 50% de la matrícula en Lima y Arequipa y casi el 25% en las demás regiones. Por todo lo mencionado, coincidimos con Dionisio Romero Paolletti cuando dice: ”Una educación de calidad para millones de peruanos debe asumirse como el esfuerzo público-privado más importante en este punto de la historia de nuestro país”. 10 - Feb - 2015