Coalición sindical magisterial a la vista

Los docentes de las escuelas públicas provincianas están organizando plantones y vigilias rechazando el aumento escalonado de sueldos de S/ 200, anunciado por el presidente Martín Vizcarra. Se organizan para una movilización nacional el 29 de agosto, y anuncian para el 7 de septiembre una gran marcha hacia el Congreso de la República y una huelga nacional indefinida a partir del 17 de setiembre.

La intención de sumar popularidad presidencial, anunciando aumentos salariales y una posible intervención de la Derrama Magisterial (una entidad supervisada por la Superintendencia de Banca y Seguros) comienza a jugarle una mala pasada al Ejecutivo. El aumento del piso salarial a S/ 2,200 soles en diciembre del 2019 no ha servido para detener al radicalismo magisterial y la estrategia de una huelga nacional indefinida. Por el contrario, los docentes cuestionan: ¿cuáles serán los aumentos en cada una de las escalas magisteriales? Cifras que no han sido señaladas por el jefe de Estado.

El aumento de sueldo ha sido anunciado por el presidente sin ninguna vinculación con la política meritocrática establecida en Ley General de Educación (Ley N° 28044) y la Ley de Reforma Magisterial (Ley N° 29944). A nuestro entender, los reconocimientos económicos de los docentes deben estar directamente relacionados con todos los procesos de capacitación y evaluación de los profesores. Y eso tampoco ha sido señalado por el presidente Vizcarra.

Como se sabe, los profesores están divididos. Para el CEN SUTEP, vinculado a Patria Roja y único sindicato del magisterio reconocido por el ministerio de Trabajo, el presidente no tiene las facultades para intervenir la Derrama Magisterial, institución que, si bien es manejada con criterios técnicos, para todos es conocida la influencia de Patria Roja. Los llamados SUTE Regionales —uno de ellos vinculado al senderista Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef), liderado por el profesor Pedro Castillo; y el otro, de tendencia pukallacta, liderado desde el Cusco por el profesor Ernesto Meza Tica— han mostrado su conformidad con la intervención de la Derrama Magisterial.

Los aumentos anunciados por el Ejecutivo son rechazados por todos los dirigentes del magisterio. En ese sentido, cada uno por su lado, han comenzado a organizar plantones, vigilias y huelgas para rechazar las iniciativas del presidente Vizcarra. La facción del profesor Meza reiniciará el 17 de septiembre la huelga suspendida en agosto del año pasado. Según el profesor, el aumento de S/ 200 es insuficiente, y no cree que haya sido consensuado en la comisión técnica del Ministerio de Educación (Minedu) encargada de evaluar los aumentos de los profesores.

Si a la huelga propiciada por el profesor Meza se pliegan el CEN SUTE y el sector extremista del profesor Castillo, el proceso electoral de octubre próximo, para elegir a alcaldes y presidentes regionales, se verá afectado. Los maestros organizados en piquetes en las calles, plazas y puertas de los colegios, impidiendo el ingreso de profesores y alumnos, perturbarán el ya caldeado (en provincias) desarrollo electoral. Además, los profesores conminarán a los candidatos a las gobernaciones regionales a firmar actas para que las huelgas no generen descuentos.

Una vez más, los escolares de las instituciones educativas públicas volverán a perder sus clases. Los profesores, en una suerte de coalición sindical, defenderán sus demandas gremiales, económicas y sindicales. Los anuncios del Gobierno de Vizcarra podrían tener la extraña virtud de juntar a perro, pericote y gato en los sindicatos magisteriales. A reflexionar, pues, y a tomar medidas urgentes para evitar una nueva ofensiva del radicalismo magisterial.