Aislando al radicalismo magisterial

Luego de la huelga magisterial que impulsó el radicalismo magisterial en contra de la reforma meritocrática de la escuela pública, el Ministerio de Educación (Minedu) emitió la Resolución Ministerial Nº 470-2017-Minedu, que faculta a los gobiernos regionales a convocar Mesas Técnicas Regionales que permitan a los actores de la educación llegar a acuerdos y entendimientos. Tras la pasada huelga magisterial —que se inició en Cusco-y que paralizó la escuela pública por más de cincuentas días, poniendo en peligro el año escolar— una norma como la mencionada era necesaria y urgente. Y los resultados están a la vista: el paro del pasado 25 de octubre, convocado por la facción radical del magisterio, fue un completo fracaso.

En síntesis, con la señalada resolución ministerial los gobernadores regionales pueden convocar a los gremios magisteriales de las respectivas jurisdicciones, con la asistencia técnica del Ministerio de Educación solo en temas de su competencia.

Al respecto vale señalar que ya se han realizado mesas técnicas en las regiones de Cusco, Puno y Ayacucho, lugares en los cuales se han tratado principalmente temas relacionados a la llamada deuda social, la evaluación del desempeño, los programas educativos y otros temas regionales vinculados al sector. Cabe indicar que el diálogo es el instrumento que gobierna cada mesa técnica, en las que los maestros libremente pueden presentar las propuestas que crean conveniente para ser debatidas por los miembros de la mesa. De acuerdo a los lineamientos de la resolución ministerial —con una agenda aprobada— los equipos técnicos pueden elaborar alternativas que se constituyen luego en recomendaciones.

La actual gestión educativa ha centrado su labor alrededor del diálogo permanente con los profesores. Considera que ningún pacto podrá llegar a buen puerto si antes las partes no llegan a un entendimiento. Por eso existe en el Ministerio de Educación la Oficina de Diálogo, abocada a ese gran pacto por la educación, que se propone constituir a la educación como el factor más importante para el crecimiento económico y desarrollo social. Una Oficina que hace todos los esfuerzos para comprometer en ese pacto por la educación a padres de familia, docentes, autoridades, medios de comunicación, empresarios y otros, para que se unan a ese gran esfuerzo por la educación. No hay entonces, mejores entendimientos que aquellos que surjan de las regiones. Y es esa la motivación que dio vida a la RM Nº 470.

El ministro de Educación, Idel Vexler, ha señalado en más de una oportunidad que el sindicato oficial reconocido por el ministerio es el que responde al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del SUTEP, y es el que tiene reuniones con el equipo de diálogo del ministerio. Pero también ha dicho que se reúnen con el profesor Pedro Castillo y con los Sutes de otras regiones, en un marco de apertura y diálogo.

Vale mencionar que Pedro Castillo es el profesor que lideró un comité de lucha en la pasada huelga de cincuenta días, y que hoy es un actor político vinculado al Movimiento de Afirmación Social (MAS) de Gregorio Santos. Castillo, junto a otros maestros de la izquierda radical, han conformado la Federación Nacional de Trabajadores en la Educación del Perú (FENTEP), con el fin de tener el control de todos los sindicatos vinculados a los profesores. La intencionalidad de tal federación es claramente divisionista y parte de una plataforma antisistema, absolutista y vertical; y en la que el diálogo, contrariamente a lo que busca la actual gestión educativa, no es una práctica común.

El objetivo principal del sector que lidera Pedro Castillo es conseguir el reconocimiento oficial de la FENTEP para desplazar a Patria Roja de la interlocución con el Ejecutivo. La estrategia que plantea es desmontar la política meritocrática en la escuela pública y radicalizar todas las medidas de lucha. Así, mientras el ministerio invoca al diálogo por un pacto por la educación, la izquierda antisistema persiste en imponer su pensamiento radical.