Un Perú con ancianos sin pensiones, desprotegidos

El Congreso hoy decidirá el séptimo retiro de las cuentas individuales del sistema privado de pensiones. A nuestro entender, una decisión que solo revela el populismo y la demagogia fácil de un sector de legisladores a la caza de apoyos y votos para la reelección. Y también el proyecto de las bancadas colectivistas, que pretenden acabar con el sistema de cuentas individuales para el establecer el sistema estatal de reparto. Finalmente, todos los proyectos bolivarianos en la región tienen entre sus principales objetivos acabar con las cuentas individuales y estatizar las pensiones.

Tal como lo hemos informado en este portal el séptimo retiro de hasta cuatro Unidades Impositivas Tributarias (UIT), según la Superintendencia de Banca y Seguros, desatará la salida de S/ 34,000 millones del fondo privado de pensiones, que en la actualidad suma alrededor de S/ 160,000 millones. Con el séptimo retiro desaparecerá el 20% de las cuentas individuales y 9 de cada 10 aportantes a los fondos privados se quedarán sin pensiones. En la actualidad existen 9.5 millones de personas en el sistema privado de cuentas individuales, de los cuales 8 millones se quedarían sin pensiones con los retiros previos y el séptimo en curso.

De esta manera el Perú avanza a ser una sociedad con millones de ancianos sin jubilaciones y sin protección social, y también construye las bases estructurales de una sociedad pobre, con déficit permanente para las nuevas generaciones. 

¿Por qué planteamos esta aproximación? El Perú y las sociedades en general avanzan en la prolongación de la longevidad debido al desarrollo de los sistemas sanitarios y las ciencias médicas. En otras palabras, la tendencia al aumento de la esperanza de vida es una constante, e inevitablemente en el futuro siempre habrá más jubilados, más ancianos, que trabajadores activos. Como todos sabemos, en el sistema estatal de reparto o el sistema estatal de pensiones todos los trabajadores activos aportan a un fondo común con el que se pagan las pensiones de los jubilados. Si la tendencia es que haya más ancianos que trabajadores aportantes, entonces el sistema estatal es uno que creará déficit permanente.

De allí que todas las sociedades avancen a reformar los sistemas de pensiones en base a las cuentas individuales mediante el cual los trabajadores aportan a su propia cuenta y una empresa privada se encarga de capitalizar los fondos en inversiones y mercados de valores. No hay otra manera de evitar una sociedad con jubilados sin pensiones. Y todos los países, incluso las viejas sociedades de bienestar de Europa, reforman sus sistemas previsionales.

La mayoría de congresistas que apruebe el séptimo retiro será responsable de la liquidación del actual sistema de cuentas individuales, la única columna sobre la cual puede recostarse una reforma del sistema previsional. En vez de discutir la transformación integral del sistema privado de pensiones, el populismo y la demagogia aprueban un nuevo retiro para decretar, en la práctica, la liquidación del sistema de cuentas individuales.

Es evidente que en este portal no defendemos los yerros del actual sistema privado de pensiones, porque existen muchas cosas que cambiar; sin embargo, cualquier cambio o reforma debe partir de salvaguardar el sistema de cuentas individuales como la base del sistema previsional del futuro.

Pero allí no queda la magnitud de la devastación: con la deuda social del futuro con los ancianos sin protección se crea una economía con un déficit estructural permanente y una economía inviable para las nuevas generaciones. Una economía no crece con déficit estructural permanente porque no hay cómo financiar la deuda social a menos que se decrete la muerte de los ancianos sin protección.

El daño que harán los congresistas que aprueben el séptimo retiro, pues, es descomunal.