¡Sector hidrocarburos en crisis!

De acuerdo al informe Desempeño del sector de Hidrocarburos en el Perú 2008-2018, de la Sociedad Peruana de Hidrocarburos (SPH), la producción de petróleo crudo en el Perú decrece desde 1986. Por el contrario, desde 2004, por el gas de Camisea, la producción de líquidos de gas aumentó. Sin embargo hoy, en promedio, toda la producción de hidrocarburos declina.

La caída de la producción entre 2012 y 2017 ha sido de 1.8% en promedio cada año. Asimismo, entre el 2008 y el 2017, las inversiones del sector también han caído en 11.7% promedio anual. Y los más terrible, en este mismo periodo, las inversiones en exploraciones cayeron ¡28.7% cada año!

En este contexto, la independencia energética peruana peligra. Esta situación se presenta por la falta de un marco legislativo que promueva, de manera urgente, las inversiones en el sector. En 2011 se exploraron 15 pozos y en 2016 ¡nada! En 2017 solo cuatro pozos. Si la situación continúa como ahora, las tarifas eléctricas subirán pronto y crearán una reacción social peligrosa. Esta situación de desestabilización social le interesa a los sectores marxistas y a las ONG que viven de la pobreza. El desempleo afectará a los lugares donde se realizan actividades relacionadas con los hidrocarburos, principalmente en Tumbes, Piura, Loreto y Ucayali. Amplios sectores de la población volverán a ser pobres nuevamente si no se reactiva pronto la economía. No exageramos.

El mencionado informe señala que la importación de petróleo se ha incrementado a una tasa promedio de 2.9% entre 2007 y 2017, y de ¡47% en 2017! respecto al 2016. Vale señalar que las importaciones de petróleo no generan en el país renta, puestos de trabajo, canon, regalías y tampoco convenios de cooperación entre las empresas y las comunidades. Las importaciones de petróleo son pagadas con el tributo de todos los peruanos. Es decir, todos los peruanos subvencionan el consumo de energía de otros. 

En este contexto, en el sector de hidrocarburos existe US$ 50,000 millones en inversiones paralizadas. Con la nueva LOH esas inversiones se reactivarían y produciríamos 100,000 barriles diarios de petróleo, 50% más que la producción actual. 

Por otro lado, según la SPH, en los últimos diez años las regiones petroleras recibieron en total —por canon y sobrecanon— S/ 9,370 millones, representando porcentajes importantes de los presupuestos locales: 48% en Piura, 27% en Loreto, 15% en Tumbes y 10% en Ucayali. En Cusco, el canon proveniente del gas representó el 87.4% del presupuesto del departamento en 2017. Loreto es la región más perjudicada con la crisis del sector porque sus ingresos por canon cayeron en 60%. 

José Beteta, de la Asociación de Contribuyentes del Perú (ACP), ha señalado que los recursos provenientes de las actividades petroleras, por ser un recurso natural no renovable, deberían ser invertidos en obras extraordinarias; sin embargo, son utilizados en gasto corriente y en “proyectos” que no generan beneficios a la población. El canon, por ser un recurso extraordinario debería servir para obras también extraordinarias, para proyectos de infraestructura productiva que permitan a los poblados mejorar su situación económica y social. En este contexto, la Contraloría debería fiscalizar el gasto correcto de este recurso las regiones. 

Según los estudios realizados por Beteta, más del 55% de estos recursos son utilizados en “proyectos que no tienen ningún significado para el desarrollo de los distritos y provincias”. Se utilizan para el pintado de pistas y veredas, combustible y mantenimiento de los vehículos municipales y, entre otros, en consultorías y publicidad. Por esta razón, los pobladores demandan obras a las empresas, en lugar de exigirle al Estado que cumpla con proveer todos lo servicios públicos de su responsabilidad.