¡Populismo desatado en Congreso destruye sistema de pensiones!

La decisión de la Comisión de Economía del Congreso de aprobar un sétimo retiro del fondo privado de pensiones representa una verdadera bomba nuclear para el modelo económico, basado en la inversión privada y la desregulación de precios y mercados. La señalada comisión aprobó que el nuevo retiro del sistema privado de pensiones será hasta cuatro UIT (alrededor de S/ 20,000) en base a una sorprendente alianza entre José Luna de Podemos y Fuerza Popular: 17 congresistas votaron a favor y 3 en contra. Y todos se preguntan qué puede haber sucedido con el fujimorismo que hasta hace poco solía defender el modelo, y hoy se ubica en las filas del populismo.

Según la Superintendencia de Banca y Seguros y otras entidades especializadas, con esta nueva medida se podrían retirar S/ 34,170 millones del sistema previsional, una suma que representa más del 20% del fondo previsional nacional que suma alrededor de S/ 160,000 millones. Igualmente, se proyecta que alrededor de 6.18 millones de afiliados de las AFP retirarían sus fondos previsionales y se quedarían sin un sol en sus cuentas de jubilaciones. Considerando que, con los anteriores retiros, cerca de 2.3 millones de afiliados se quedaron en esa condición, más de 8.3 millones, o 9 de cada 10, afiliados al SPP se quedarían sin pensión.

En otras palabras, la decisión del Congreso terminaría liquidando el sistema privado de pensiones, que se basa en los aportes de los trabajadores a una cuenta individual. ¿Cuándo se quiebra un sistema de jubilación basado en cuentas individuales cuál es el siguiente paso? Es evidente que se pasa a la estatización de las pensiones; es decir, el modelo de los populistas, de los gobiernos bolivarianos de Venezuela y Bolivia, que suelen expropiar las pensiones de los trabajadores para destinarlas a las clientelas políticas.

Como todos sabemos, el mundo contemporáneo solo conoce dos sistemas de jubilaciones: el sistema de reparto, en que todos los trabajadores aportan a un fondo común con el que se pagan las pensiones; y el sistema de cuentas individuales, en el que los trabajadores aportan a su cuenta personal y una empresa privada se dedicaba a capitalizar los aportes en los mercados de capitales. Sin embargo, los avances en los sistemas de salud, la medicina y todas las ciencias médicas, han aumentado la longevidad de las personas.

Semejante situación determina que, en las sociedades del futuro –incluidas las latinoamericanas– las proyecciones indican que siempre habrá más longevos, más jubilados, que trabajadores que aportan a los sistemas previsionales. Este hecho determina que el sistema de reparto, el sistema estatal, se convierta en una fuente de déficit fiscal: los aportes de los trabajadores al fondo común nunca alcanzarán para pagar a los jubilados que aumentan con los años. De allí la necesidad de avanzar en la reforma previsional en base a las cuentas individuales.

El otro terrible efecto de la decisión del Congreso, de la alianza entre Podemos y Fuerza Popular con el respaldo de las izquierdas comunistas y populistas, es que se lanzará un misil en contra de la estabilidad fiscal: la reducción del fondo privado de pensiones imposibilitará que las AFP compren los bonos que el gobierno suele emitir para financiar el déficit fiscal. Y si el Perú quiere mantener sus grados de inversión, entonces deberá proceder a reducir al Estado con un ajuste brutal.

Asimismo, la cantidad de trabajadores que se quedarán sin jubilaciones, crea un fondo de contingencia que el Estado deberá atender; es decir, se construye un Estado del futuro con déficit fiscal estructural. Una situación que nos coloca fuera de los grados de inversión y, de una u otra manera, nos empuja al eje bolivariano en economía.