Ley de Promoción Agraria: ¡ley para los más pobres!

Un informe de la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (Comex) señala que en Piura la formalidad se incrementó en 28% entre el 2001 (3%) y el 2017 (32%), y que en Lambayeque aumentó del 25% al 34% en el mismo periodo. Además, Comex indica que los ingresos promedios en esos departamentos son de S/ 1,798 en Piura y de S/ 1,423 en Lambayeque, montos superiores a la Remuneración Mínima Vital (RMV) otorgada por el Gobierno a los trabajadores. Tales indicadores, que muestran una incidencia directa en el creciente bienestar de los pobladores de los dos departamentos de la costa norte del país, se explican principalmente por la industria agroexportadora, extendida gracias al régimen laboral de la Ley de Promoción Agraria (Ley Nº 27360).

Otro reciente reporte de la Asociación de Exportadores (Adex) indica que entre enero y mayo del presente año las exportaciones agroindustriales alcanzaron los US$ 2,190 millones, lo que representa un incremento del 21.4% respecto al mismo periodo del año anterior. Siendo la Ley Nº 27360 un poderoso aliado del campo, tanto para los trabajadores como para las inversiones privadas, no entendemos que el Legislativo y el Ejecutivo sigan con las manos cruzadas sin ampliar la vigencia de esa ley. ¿Asustados, tal vez, por una marchita pública organizada por la izquierda, que actúa en contra de los más pobres?

La reducción de la pobreza es uno de los indicadores que con mayor claridad muestra las ventajas de la Ley de Promoción Agraria. Según datos publicados por Apoyo Consultoría, la pobreza afectaba en el 2004 a 81.3% de peruanos, pero en 2017 solo a 38.3% de la población. Y en la costa peruana, donde intensamente se desarrolla la agroindustria, la caída de la pobreza es enorme en el mismo periodo: de 67% a 19%. Es decir, que la Ley Nº 27360 favorece ampliamente a los más pobres del país. Además, ha contribuido a formalizar el trabajo: de 16% en 2004, a 25% en 2017. Además ha incrementado el número de trabajadores del sector, de 462,000 trabajadores en 2004 a 809,000 trabajadores en 2017, y con todos los derechos establecidos por la ley.

Por todo lo anterior, es obvio que se trata de una ley para los más pobres. Ha logrado reducir la pobreza, ofrece las mejores remuneraciones del país y ha hecho disminuir ampliamente la informalidad y el desempleo. Los indicadores muestran que no existe ninguna duda sobre su eficacia social. Por el contrario, la Ley Nº 27360 es también viable para incrementar la productividad y competitividad en otros sectores productivos, como el forestal, acuícola y de confecciones. Así lo han dado a entender los representantes de los gremios empresariales. Y tal parece que la gestión del presidente Martín Vizcarra volverá a retomar su idea inicial de extender la Ley y ampliarla a esos sectores industriales.

El dictamen elaborado, y todavía en corrección, que ampliaba la vigencia de la Ley de Promoción Agraria —que concluye el 31 de diciembre de 2021— solo hasta el 2024 seguramente quedará de lado por una nueva propuesta del Ejecutivo. Enhorabuena. Bien por el presidente Martín Vizcarra, que desoyendo a las voces enemigas se pone del lado de los pobres. La vigencia de la Ley Nº 27360 debería ser por 30 años, que es el tiempo que necesitarán los US$ 5,000 millones de inversiones que vendrán con la habilitación de nuevos territorios cultivables por los proyectos Chavimochic III y Majes Siguas II. Y también por los otros 200 proyectos de infraestructura de riego que ampliarán en más de 32,600 hectáreas los territorios agrícolas en beneficio de más de un millón y medio de campesinos, poseedores de chacras no mayores de dos hectáreas. ¡Una ley para los pobres del país!