¡La guerra comercial de Trump y nueva ley de promoción agraria!

La guerra comercial que parece desatarse en el mundo, luego de la llegada de Donald Trump al poder, plantea a la economía nacional y a los peruanos en general nuevas interrogantes sobre nuestra posición en el mundo. El consenso general es actuar con independencia de los grandes bloques políticos y económicos, con gran pragmatismo y sin olvidar que nuestro proyecto Implica construir una sociedad abierta, democrática, en donde se controle el poder y se garanticen las libertades.

En ese sentido la mejor reacción nacional frente a la nueva geopolítica debería ser incrementar nuestra productividad económica desarrollando todas las reformas que nos hemos negado a materializar: fin y simplificación del Estado burocrático, reforma tributaria, reforma laboral, reforma de la educación, reforma del sistema de salud y solución de todos los problemas acumulados en infraestructuras.

En este contexto, Trump ha anunciado que elevará los aranceles de los productos agrarios los primeros días de abril para proteger a los productores estadounidenses. Una medida de ese tipo podría afectar considerablemente nuestras agroexportaciones, que en el 2024 sumaron US$ 12,234 millones, porque más del 30% de nuestros envíos se destinan a los Estados Unidos (US$ 4,381 millones). Sin embargo, considerando que el gobierno de Trump utiliza el incremento de aranceles más como una medida punitiva o política antes que comercial o económica, lo más probable es que los envíos peruanos no sean afectados por las nuevas medidas estadounidenses. Veremos.

Sin embargo, esta situación nos plantea un reto fundamental: desarrollar toda nuestra potencialidad agroexportadora multiplicando los envíos a todos los mercados con los que se conecta el Perú: Países Bajos, España, Alemania, Canadá, México. Hong Kong, entre otros.

Luego de la derogatoria de la Ley de Promoción Agraria (ley 27360) es imposible plantearse incrementar la extensión de inversiones y aumentar el volumen de nuestras agroexportaciones. Si bien los envíos al exterior crecieron de US$ 10,000 millones en el 2023 a US$ 12,234 millones en el 2024 el incremento se produjo por un factor de precios, no por aumento del volumen de toneladas exportadas que se mantuvieron en alrededor de 4.6 millones de toneladas.

¿Cuál es la explicación de este estancamiento? Desde el 2020 se calcula que se han perdido inversiones en más de 30,000 hectáreas ganadas al desierto a través de diversos proyectos hídricos y cada mes se contratan entre 80,000 y 100,000 trabajadores menos del total de más de un millón, entre directos e indirectos, que se crean en el sector agroexportador.

La causa del estancamiento: la derogatoria de la Ley de Promoción Agraria por el gobierno provisional de Francisco Sagasti. En ese sentido, si se pretende enfrentar en mejores condiciones el escenario de guerra comercial que se avecina en el mundo es fundamental aprobar una nueva ley de promoción agraria que establezca un régimen tributario promocional y un sistema de flexibilidad laboral en los contratos de trabajo. 

Los peruanos de buena voluntad en vez de discutir si se aprueba o no un régimen promocional para el agro deberían proponer extender el régimen tributario y laboral de la derogada Ley de Promoción Agraria a toda la economía nacional para incrementar la productividad y la competitividad de la economía nacional.

Sin embargo, bajar impuestos en el Perú y formalizar el trabajo requiere una condición impostergable: la transformación del Estado burocrático, lleno de sobrerregulaciones, oficinas, ministerios y burocracia que solo sirve para aumentar la carga tributaria sobre el sector formal; es decir, sobre el 30% de la economía y la sociedad.