¡Detengamos la destrucción del sistema previsional del Perú!

En este portal no defendemos los errores y yerros del sistema privado de pensiones, sino la posibilidad de preservar el sistema de cuentas individuales como la columna principal de la reforma del sistema previsional. Es innegable que el Perú necesita una reforma del sistema de pensiones que, sobre la base del pilar de las cuentas individuales, aborde el desfinanciamiento del sistema estatal –a través de la Oficina de Normalización Previsional–, un nuevo sistema de aportes que integre a los dos tercios de los trabajadores en informalidad, que considere una pensión solidaria para los excluidos e , incluso, que establezca cobros de las AFP vinculados a la rentabilidad y se revise la proyección de esperanza de vida con que se calcula la pensión de los jubilados.

Todos estos temas pueden formar parte del debate de una reforma previsional. Pero lo que no puede pertenecer al espacio de una discusión racional es el populismo, la demagogia, que se expresan en la propuesta de aprobar un sétimo retiro de las cuentas individuales. Según proyecciones de la Superintendencia de Banca y Seguros el sétimo retiro implicaría una salida del fondo privado de más de S/ 34,000 millones, una cantidad que sumada a los seis retiros anteriores representa más de S/ 120,000 millones.

Por otro lado, con el nuevo retiro se calcula que cerca de 8.3 millones de afiliados, es decir 9 de cada 10, se quedarían sin pensión en el Sistema Privado de Pensiones. Una barbarie económica y social para el futuro del país y de los peruanos.

Pero la destrucción del fondo privado de pensiones por parte del populismo, no solo será la liquidación del futuro de millones de peruanos, sino que también es una amenaza directa al modelo económico, a la estabilidad fiscal y a los grados de inversión conseguidos por el país a través del sudor y la sangre de los peruanos en las últimas décadas.

La destrucción del fondo privado de pensiones impedirá que las AFP compren los bonos emitidos por el Estado para financiar parte del déficit fiscal, y la estabilidad de esta importante variable económica entrará en cuestión. E igualmente, la deuda de contingencia del país, es decir la urgencia del Estado de financiar a millones de peruanos sin jubilaciones, creará una especie de déficit fiscal estructural en el futuro. Todos estos hechos inevitablemente llevarán al Perú a perder sus grados de inversión en las calificadoras de riesgo internacional.

¿Por qué para cualquier defensor del régimen económico de nuestra Constitución es vital defender el sistema de cuentas individuales a pesar de los problemas de las AFP? Porque los sistemas previsionales del futuro son incompatibles con el sistema de reparto, con el sistema estatal, en que los trabajadores aportan a un fondo común para pagar las pensiones de los jubilados. El motivo: los avances en las ciencias médicas y en los sistemas sanitarios prolongan la esperanza de vida. En el futuro, entonces, siempre habrá más jubilados que aportantes al fondo estatal y los estados y gobiernos enfrentarán deudas impagables.

En ese sentido, el futuro del sistema previsional reside en el sistema de cuentas individuales, en el que el trabajador aporta a su propia cuenta y una empresa privada invierte el dinero en el mercado de capitales. No hay otra, y un sector de congresistas hoy pretende liquidar a un sistema previsional extremadamente debilitado por los seis retiros.

Paradójicamente, luego del fracaso del golpe de Pedro Castillo, el mismo Congreso que detuvo la asonada del eje bolivariano ahora parece decidido a destruir una de las columnas centrales de las reformas económicas de los noventa. En vez de avanzar en la reforma del sistema previsional, inicia un festival de la demagogia con los mismos gestos del chavismo en la región. Absolutamente lamentable.