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Turismo desciende en un 50% por el extremismo magisterial
Desde el 15 de junio pasado, en la región Cusco un sector del gremio de profesores —SUTEP— ha radicalizado su lucha y no han dudado en bloquear las carreteras y tomar por asalto los principales monumentos arqueológicos y arquitectónicos de esa ciudad. Una de las primeras consecuencias del paro ideológico es que más de 400,000 estudiantes de primaria y secundaria pueden perder el año escolar; otro de los efectos negativos es que algunos sectores de vital importancia para la economía cusqueña están seriamente resentidos, como es el caso del turismo.
Según las proyecciones de los gremios turísticos —la Asociación Peruana de Operadores de Turismo Receptivo e Interno, por ejemplo— el número de peruanos que viaja al interior del país caería en 30% con respecto al año pasado, y solo se movilizarán un millón de turistas, cuando por estas fechas patrias la cifra se duplica. En el Cusco y en Arequipa el turismo descenderá en 50%. ¿Por qué? Porque los paros y protestas en el Cusco, como en otras regiones del sur del país, están perjudicando seriamente a este sector. Quizá una medida contraproducente haya sido que el gobierno pepekausa declare en estado de emergencia algunos distritos cusqueños, como Macchu Picchu o Sacsayhuamán. Semejante decisión del Gobierno ha encendido las alarmas de los principales operadores turísticos del mundo, y hoy muchos países han advertido a sus ciudadanos que no deben viajar al Perú.
Desde este portal insistimos en que el gobierno pepekausa debería mover las fichas para que se restituya el orden en la región cusqueña. De allí que en más de una ocasión hayamos solicitado al Ejecutivo que declare el estado de emergencia en las provincias cusqueñas que son parte del Corredor Minero del sur peruano, como son Espinar y Chumbivilcas, para proteger las inversiones mineras. No obstante, hemos sostenido que declarar el estado de emergencia en las provincias cusqueñas donde están los monumentos arqueológicos y arquitectónicos era una medida que iba a afectar a los intereses del sector turismo.
¿Por qué un sector radical del gremio de profesores toma, bloquea y ataca los monumentos arqueológicos y arquitectónicos? Por una razón sencilla: el turismo es uno de los principales motores económicos del país, que aporta el 3.9% del Producto Bruto Interno (PBI) nacional (US$ 7,376 millones) y genera —de manera directa e indirecta— 1.3 millones de empleos. Cuando el radicalismo toma y bloquea las carreteras hacia Machu Picchu o Sacsayhuamán y miles de turistas quedan desamparados, sabe que toca uno de los músculos de la economía nacional.
Otro de los efectos negativos de este paro político e ideológico, provocado por el sector radical que hoy gobierna al SUTEP, es que afectará la imagen del Perú como destino. Según el Índice de Competitividad de Viajes y Turismo 2017, el Perú se ubica hoy en el puesto 51 de 136 países en competitividad turística. Uno de los aspectos que mide este ranking es el entorno y la seguridad para los negocios turísticos. ¿Puede ser el Perú competitivo si el radicalismo toma el aeropuerto Velasco Astete del Cusco o la vía férrea hacia Machu Picchu? Es evidente que no.
En el Perú el turismo contribuye decididamente al crecimiento de la economía y a la creación de puestos laborales. El daño que se está haciendo al turismo en el Cusco y otras regiones (como Arequipa) es incalculable. Si a ello le sumamos que las regiones norteñas aún no se levantan de los estragos del fenómeno de El Niño costero, entonces todo indica que el panorama no ha sido bueno para el sector. Hoy el gobierno pepekausa debe tomar las medidas del caso para que el radicalismo que impera en el SUTEP no gane la partida.
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