Agroexportaciones e inversiones en problemas en Lambayeque

Gracias al proyecto Olmos las agroexportaciones nacionales han ganado alrededor de 38,000 hectáreas al desierto, de las cuales se ha desarrollado más de 24,000 hectáreas con una inversión cercana a los US $2,500 millones. Estos emprendimientos representan cerca del 50% de las agroexportaciones de la región. Asimismo, vale destacar que las agroexportaciones en la región han creado alrededor de 70,000 empleos, en tanto que los salarios se han incrementado en 20% (en promedio), reduciendo significativamente la pobreza. Una confirmación más del potencial económico de las agroexportaciones en el Perú.

Sin embargo, todo el potencial agroexportador de la zona podría estar en peligro por los problemas de abastecimiento de agua de la Presa Limón. No obstante que los usuarios pagan alrededor de S/ 5 millones mensuales por el agua, el servicio no se normaliza por la colmatación de la mencionada presa. Es decir, la falta de mantenimiento e inversiones en la infraestructura está generando un grave riesgo para el potencial agroexportador de la zona. Asimismo está situación afecta a más de 5,000 hectáreas de la pequeña agricultura, sobre todo por eventuales inundaciones.

Ante esta situación el Gobierno Regional de Lambayeque y la concesionaria de la mencionada presa deberían tomar inmediatamente cartas en el asunto para que la situación no se agrave. En cualquier caso, el concedente y la concesionaria deberían apuntar a resolver el problema, como se suele decir, al término de la distancia.

Al respecto vale señalar que el Ejecutivo ha anunciado el destrabe de los proyectos Chavimochic III, Chinecas y Majes Siguas II, que le agregarían alrededor de 150,000 hectáreas, ganadas al desierto, al desarrollo agroexportador del país que, en la actualidad, suma más de 250,000 hectáreas. Es necesario señalar que para convertir al Perú en una despensa agrícola mundial necesitamos una nueva ley de promoción agraria, el compromiso del Estado en la defensa de la propiedad privada y garantizar el modelo de las asociaciones público privadas (APP) en la inversión y gestión de las infraestructuras, así como en la venta de las tierras ganadas al desierto.

En ese contexto, es fundamental que el gobierno regional de Lambayeque asuma sus responsabilidades en la gestión de los problemas de los agroexportadores. De lo contrario, el modelo de APP se convertirá en blanco de los sectores antisistema y de las izquierdas, en general que pretenden destruir el milagro agroexportador en el Perú. En Majes Siguas II los problemas entre el gobierno regional y la concesionaria, por ejemplo, desataron una campaña feroz para detener el gran proyecto hídrico que le agregaría 40,000 hectáreas a la región Arequipa y que debe trasladar al sur todos los círculos virtuosos de la agroexportación en el norte del país.

El Perú debe cuidar su modelo agroexportador como si se tratara de la niña de sus ojos, porque las inversiones en este sector, así como en la minería, son caminos que abrevian nuestra ruta al desarrollo. Por ejemplo, Fernando Cilloniz, en este portal, ha señalado que, en la costa peruana, existe el potencial de invertir en cerca de un millón de hectáreas. Un proceso que demandaría cerca de US$ 100,000 millones en inversiones, desarrollaría una clase media agraria consolidada, que reduciría la pobreza al mínimo en la costa y consolidaría al Perú como una sociedad de ingreso medio y mayoría de clases medias.