Agroexportación y logística

En el empresariado peruano existe optimismo acerca de que el sector agroexportador (el segundo en importancia por su aporte de divisas para el país) se recupere en el corto plazo, tanto por la demanda internacional como porque actualmente el agro nacional está viviendo el mejor momento de su historia. Hoy la agroexportación es uno de los motores de la economía nacional y un elemento clave en la lucha contra la pobreza.

El sector agroexportador peruano ha organizado cadenas de suministros de clase mundial y es altamente competitivo. A pesar de la pandemia, los exportadores han logrado cumplir las colocaciones de productos como paltas, arándanos o cítricos en el mercado internacional. No obstante, nuestra agricultura puede ser aún más competitiva si el Estado realiza una serie de reformas, en conjunto con el sector privado, que reduzcan la brecha de infraestructura, que hoy asciende a más de US$ 160,000 millones. Por ello, según el Índice de Desempeño Logístico 2018, del Banco Mundial, el Perú descendió varios puestos en el ranking, pasando del puesto 69 al 83. Y aún no hay data del pasado año.

Para ampliar muchos más la competitividad de nuestros productos de agroexportación, el Estado debe mejorar la 22 corredores logísticos que actualmente existen para el traslado de personas y bienes, rutas que también integran puertos y aeropuertos. Si el Estado logra hacer una inversión eficiente de los S/ 577 millones que proyectó para los próximos dos años, entonces los costos de logística de los productores se reducirán de 34% a 20%.

Pero, ¿cómo hacer más rápida la ejecución de estos proyectos que mejorarían la logística de la agricultura? Un tema muy importante es reducir los trámites mínimo. Si bien la promulgación del Decreto de Urgencia 018-2019 exonera los trámites municipales (habilitación urbana y de edificación, entre otros) solo están incluidos los proyectos del Plan Nacional de Infraestructura. De hecho en el Plan existen varios proyectos que beneficiarían directamente a la agroexportación –como el Terminal Portuario Multipropósito de Salaverry o el mejoramiento y ampliación del aeropuerto de Trujillo– pero se debe ampliar la exoneración para todos los proyectos de inversión pública relacionados con la provisión de agua potable, electricidad y otros que son vitales para el sector agrario.

El otro elemento esencial es la construcción de presas, represas y proyectos de irrigación. En ese sentido, el pasado febrero los gobiernos regionales de Ica y Huancavelica lograron priorizar los estudios para la construcción de la de la represa de Tambo, que serviría para irrigar los campos de Ica. La construcción demandará una inversión de S/ 300 millones, y ya se han realizan coordinaciones con el Ministerio de Agricultura y Riego para buscar el financiamiento de la obra. Y si se concretan los proyectos Majes Siguas II, Pasto Grande y Vilavilani, en el sur del Perú, esta zona del país estará en condiciones de convertirse en otra área agroexportadora, a semejanza del norte.

En suma, la agroexportación ha avanzado y es un sector competitivo. Además, la crisis sanitaria le brinda la oportunidad de dar un salto adelante, mejorando la infraestructura para reducir los sobrecostos debidos a la falta de infraestructura.