¡Agroexportación bajo ataque chavista!

El ex congresista humalista y ex presidente de la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (ASPEC), Jaime Delgado, sin el menor rubor, se ha sumado a la campaña chavista en contra de las agroexportaciones peruanas. En Telesur —la televisora controlada por el dictador venezolano Nicolás Maduro— Delgado ha declarado que la agricultura peruana utiliza pesticidas (fungicidas e insecticidas) prohibidos por el daño que causan a la salud de personas y de animales. Delgado, una de las cabezas visibles de una feroz campaña de las ONG en contra de la industria alimentaria, propone declarar en emergencia una prestigiosa institución como el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) —que supervisa la aplicación de los protocolos fitosanitarios de los productos agropecuarios de exportación— y el conjunto del agro nacional.

¿Cómo se puede entender esta deslealtad con los empresarios del agro, con los miles de trabajadores formalizados y con el bienestar que se expande en el sector? El motivo es más que evidente: el sector agroexportador es uno de los principales motores del crecimiento de las exportaciones no tradicionales, una de las vigas maestras de la diversificación productiva, y ha permitido la reducción de pobreza en la costa peruana, del 69% de la población a solo 19%. Semejantes datos aterran a cualquier proyecto estatista.

No es cierto que la industria agroexportadora utilice productos prohibidos, como los pesticidas fosforados (que causan daño a la salud de las personas). El sector cumple estrictamente con todos los estándares y protocolos fitosanitarios establecidos en los más de 15 tratados de libre comercio que ha firmado el Perú para organizar su comercio internacional. Semejantes protocolos establecen Límites Máximos de Residuos (LMR) para determinados tipos de pesticidas. Si no se cumple con esos LMR, simplemente los productos exportados no ingresan a su destino. En este contexto, ¿cómo se entendería el boom de agroexportaciones, que se ha disparado en envíos de US$ 644 millones en el 2001 a US$ 5,925 millones en el 2017? Si el Perú incumpliera los LMR —es decir, si la mentira chavista y de Delgado fuese verdad— no se habría producido semejante incremento de las exportaciones agrícolas. Las uvas, paltas, mangos, quinua, paprika y otros productos cumplen con todos los protocolos fitosanitarios establecidos en los Acuerdos de Libre Comercio (ALC).

Los mercados más exigentes del mundo —Europa y Norteamérica— han marcado las pautas agroexportadoras. No hay manera de que un producto agrícola de exportación peruano pueda exceder en un un microgramo de alguna sustancia prohibida para la salud los Límites Máximos de Residuos (LMR).

Las desleales declaraciones de Delgado no solo afectan a la gran industria agroexportadora peruana, sino también a los casi dos millones de pequeños y medianos parceleros que cultivan productos para el consumo internos y para la exportación. Delgado miente deliberadamente. No sabe, por ejemplo, que el programa Sierra y Selva Exportadora, adscrito al Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri), está en constante expansión, incluyendo cada día, dentro de sus proyectos, a nuevos agricultores y nuevos productos agropecuarios. Casi 200,000 personas pertenecientes a unas 40,000 familias son parte de una cadena de medianos y pequeños productores —de regiones como Cajamarca, Junín, Huánuco, Pasco y Piura— que han salido de la pobreza cultivando productos de exportación, tales como palta, café, cacao, arándanos, espárragos, quesos madurados, granadilla, chirimoya, frambuesa, mandarinas y paiche. Productos que no son cultivados con pesticidas fosforados.

No se puede negar que existe un porcentaje todavía no determinado de campesinos que utiliza sustancias no controladas y que ingresan de contrabando desde Ecuador. El nivel tan alto de informalidad y de corrupción imposibilita los controles biológicos, por parte de la autoridad, en la totalidad de las pequeñas y medianas parcelas. Sin embargo, semejante problema no puede llevar a las generalizaciones y mentiras de Delgado y Telesur. Sobre todo porque muchos pequeños agricultores, ganados por la corriente exportadora, han comenzado a utilizar pesticidas orgánicos en base a plantas nativas.

Algo más. Si el ahora chavista Jaime Delgado está en desacuerdo con el uso de pesticidas, ¿acaso no debería estar de acuerdo con los productos transgénicos (semillas mejoradas que no necesitan ningún tipo de pesticidas)? Estamos más que seguros de que Delgado está también contra de los transgénicos; es decir, que el hombre forma parte de esos estatistas enemigos de los pobres del Perú, pero amigos de los capitalistas de afuera, que promueven el colectivismo en el Perú para evitar la interesante competencia de los empresarios peruanos.