Juan Carlos Valdivia

Todo encaja

Todo encaja
Juan Carlos Valdivia
17 de agosto del 2015

Sobre el creciente escándalo de corrupción en torno a Nadine Heredia

La aparición de las agendas o cuadernos de bitácora de la señora Nadine Heredia servirán para demostrar el nivel de compromiso que tiene el gobierno del Presidente Humala con la dictadura de Nicolás Maduro y su predecesor Hugo Chávez. Explicarán por qué el gobierno del Perú ha estado sometido a las necesidades internacionales de Venezuela y avalando toda esa pantomima de Unasur y evitando pronunciarse con severidad respecto a las violaciones del Estado de derecho en ese país. La soberanía nacional sometida a los enjuagues económicos de quienes llegaron a la política para enriquecerse.

Porque las cifras escandalosas que aparecen en las anotaciones de la señora Heredia solo se explican en otras anotaciones respecto a reuniones con altos funcionarios de la dictadura venezolana. Y podremos además desentrañar la enredada telaraña de operaciones financieras construida para ocultar el tránsito del dinero, en la que aparecen familiares cercanos de la señora Heredia y también amigos cercanos como la famosa funcionaria de Palacio de Gobierno Rocío Calderón o la ex embajadora del Perú en Francia Cristina Velita.

Muestran también las libretas de la Señora Heredia la catadura moral de quienes llegaron a la política con un discurso que hablaba –sigue hablando- de transformación y de beneficiar a los más pobres, cuando lo que consiguió en una sola campaña presidencial –la del 2006- fue asegurar económicamente su futuro y el de sus siguientes generaciones. ¿Cómo así una familia con el sueldo de un comandante en retiro puede manejar los fondos que figuran en los apuntes de la esposa del Presidente?

Entonces todo encaja. Los contratos simulados con Martín Belaunde Lossio, para que la señora Heredia pueda justificar un crédito hipotecario para la compra de su actual vivienda, que fue pagado en pocos meses, fueron una operación para ocultar plata cuyo origen no podían declarar. Así como la existencia de Todo Graph, la tarjeta de crédito de la amiga, las cuentas en el extranjero y todas las historias que hemos recibido en estas semanas, incluyendo los aportes de campaña negados por decenas de supuestos aportantes. Ya los peruanos sabíamos que todo era falso en las cuentas del Partido Nacionalista, ahora tenemos pruebas.

Es un caso más que desacredita la política nacional y del que deberían tomar distancia quienes con honestidad colaboran con los Humala Heredia y no pueden ser comparsas de sus andanzas financieras. Profesionales honestos o quienes los acompañaron en la aventura política, no pueden avalar con su presencia una situación que indigna a la nación. Este festival de dinero inexplicado es una ofensa.

Que exista una investigación pulcra, pero inmediata. El país no puede permitir que pasen semanas y semanas para que los ciudadanos vayamos olvidando el escándalo o este se tape con otro mayor. Los Humala Heredia repiten su discurso fundacional en el que todo cambió a partir de ellos. Lo cierto es que están terminando por darle la estocada final a la clase política, si es que ésta no toma medidas inmediatas.

Por Juan Carlos Valdivia

Juan Carlos Valdivia
17 de agosto del 2015

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