¿Quiere ser magíster?… compre a granel y pague al peso

La validez de las maestrías de las mejores universidades en cuestión

Hace unos días me enteré de que un amigo, destacado profesor universitario con un Máster en UC Berkeley y candidato al grado de doctor por esa misma universidad, había tomado conocimiento de la negativa de una universidad peruana a programarlo como docente en unos cursos bajo el argumento de que a la luz de la nueva Ley Universitaria –la que supuestamente tenía que servir para mejorar la calidad de la educación universitaria en el Perú- su grado académico no era reconocido en el Perú.

He escuchado que a otros destacados docentes también que se les genera trabas para el dictado y esto es penoso. De los argumentos que he escuchado para sustentar el absurdo regulatorio que la Ley Universitaria plantea –agravada por las interpretaciones de la Sunedu- dos me parecen francamente patéticos. El primero se expresa de la siguiente forma: “alguien que estudió unos meses en el extranjero no puede venir a Perú y reclamar los mismos derechos que alguien que estudió su maestría aquí”.

Para algunos, el grado pareciera venderse a granel y ponderarse por peso… como si fuera arroz o azúcar. El tema, para estos iluminados, no es la calidad sino la cantidad de meses que estudia uno. Para ellos, dos años de estudios representa más “calidad” que algunos meses de maestría, como si un mes en Harvard o Yale no representaran veinte vidas de estudios (o más) en una universidad mediocre en el Perú. Los iluminados que se preocupan por la calidad educativa, quieren privarle a los estudiantes peruanos de la posibilidad de tener un docente con un grado obtenido en prestigiosas universidades del mundo… para dejar ese puesto de docente a quien obtuvo su maestría en…. ¡vaya usted a saber donde!

El otro argumento tiene dos expresiones posibles. La primera es “seguro criticas a la Sunedu porque quieres que la supervisión regrese a manos de la ANR”. La otra es más sutil: “no se entiende que la autorregulación y la fe en el mercado libre han fracasado”. En primer término, no podría importarme menos si es la ANR, la Sunedu o Burger King, la que según nuestros legisladores debe reconocer el grado que se obtuvo en el extranjero. El punto es que no debería ser necesario reconocimiento adicional alguno. Puedo entender que exista una entidad encargada de llevar un registro de los grados y títulos, ciertamente… pero certificar lo que la universidad ya certificó me parece un exceso.

En segundo término, el mercado permite que se provea de la oferta educativa que la gente demanda. El problema no es, entonces, de oferta sino de demanda. Quizás por la restricción presupuestaria de muchos estudiantes (o sus padres) deban optar por ofertas educativas mediocres. Sea como fuere, si se trata de mejorar esa oferta educativa, es claro que la vía elegida por la Ley Universitaria es la peor de todas.

¿Usted cree que un profesional es mejor profesional porque estudió en el Perú dos años versus uno que estudió algunos meses en una de las mejores universidades del mundo o de la región? Es más, ¿usted cree que uno es mejor profesor en el aula porque tiene un grado de magíster? Si usted ha respondido que no a ambas –como espero que lo haya hecho- está en lo correcto.

Me pregunto qué será de esos destacados docentes cuyos grados no pueden ser reconocidos y que deberán dejar sus destacadas cátedras para que los ocupen profesionales con grados de dos años (vengan de donde vengan). Me pregunto, sobre todo, qué será de los estudiantes que aprenderán de las manos… no de los mejores, sino de lo que hay. Aprenderán de quien adquirió por peso y a granel.

Por Gustavo Rodríguez