Pedagogía del ocio y desarrollo humano

En nuestra sociedad consumista, caracterizada por un ritmo frenético y la lucha por el éxito, la pedagogía del ocio contribuye al desarrollo humano de los estudiantes. El tiempo libre es un espacio de aprendizaje significativo que puede permitir el logro de la plenitud mental, ya que la pedagogía del ocio, invita a volar con alas de la imaginación, mientras que, en la escuela, los estudiantes están encasillados en un pensamiento lineal, con el objetivo de obtener las altas calificaciones que exigen los padres y la sociedad.

Los estudiantes tienden a diversificar sus actividades durante su tiempo libre, de acuerdo con sus intereses. La mayoría se sumergen en plataformas digitales, redes sociales y videojuegos que pueden causar consecuencias adversas como la obesidad, entre otros. Pocos prefieren actividades al aire libre, deporte o lecturas. No obstante, este tiempo libre, gestionado desde la educación, puede beneficiar a una formación integral, que siempre aspira el renombrado pedagogo colombiano, Sergio Tobón.

Para satisfacer estas necesidades, aparecen las vacaciones útiles que en opinión de muchos no logran su cometido. Tal vez porque casi todo se ha comercializado. No obstante, la pedagogía del ocio enfocada en el desarrollo humano, en concordancia con las ideas del famoso economista hindú, Amartya Sen, se fundamenta en la mejora de la calidad de vida de los individuos y esto implica, un abordaje holístico y estructurado desde las instituciones educativas para potenciar la vida del estudiante.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Cultura, las Ciencias y la Educación, Unesco, la pedagogía del ocio es un elemento esencial para el desarrollo integral de la persona. Se trata de un espacio de tiempo libre en el que los estudiantes participen en actividades de su pasión cultural y deportiva.  Para alcanzar este propósito, resulta imperioso implementar una política educativa del ocio, que involucre a los padres y estudiantes como una herramienta de educación informal que, por desgracia, aún no se pone en marcha en la educación básica peruana.

Es aquí, cuando los educadores juegan un papel primordial al orientar a los estudiantes hacia un manejo eficiente de su tiempo libre. El fomento de la curiosidad y el gusto por el aprendizaje mediante recomendaciones de lecturas, recursos en línea y actividades extracurriculares propicia la realización humana. Al ayudarlos a planificar su tiempo en la consecución de sus sueños, los docentes están empoderando a los estudiantes para el disfrute de su ocio de manera educativa y enriquecedora.

Ahora, es imprescindible comprender que el tiempo libre no solo se refiere a las vacaciones, sino también a todas las horas que se encuentran fuera de la escuela. La clave radica en la capacidad de hacer del tiempo libre, un espacio propulsor de aprendizaje, tales como el cultivo de una mente sana y cuerpo sano, persiguiendo el paradigma de la antigua Grecia, con el propósito de alcanzar la plenitud humana que tantos motivadores nos sugieren en la interminable autopista de la internet.

Aprovechar el tiempo libre por parte de los estudiantes fortalece su desarrollo individual, e impacta de manera positiva en la sociedad. El diseño de un entorno pedagógico que explore sus pasiones no solo refuerza su autonomía, sino que también estructura comunidades más saludables y resilientes, abordando de manera efectiva los problemas sociales que surgen, cuando el tiempo libre se malgasta en actividades dañinas.

La pedagogía del ocio, invita a los estudiantes a aprovechar el tiempo libre para lograr su desarrollo humano. Al abrazar el ocio como un espacio para la estimulación de la creatividad y el ejercicio físico, estamos educando ciudadanos responsables, saludables  y exitosos.