Ursula Chamochumbi

Matices para la cuarentena

Ante la posibilidad del levantamiento del confinamiento obligatorio

Matices para la cuarentena
Ursula Chamochumbi
22 de abril del 2020


La cuarentena que vivimos en el Perú, es una de las más estrictas y acatadas; pero aún así, el Gobierno no ha logrado aplanar la curva de contagios, ni reducir los números de hospitalizaciones y muertes. Otros países, con cuarentenas menos rigurosas, están teniendo mejores resultados. Esto se debe principalmente a que el país no cuenta con suficientes pruebas moleculares, que son esenciales para saber quiénes están enfermos y con eso poder atenderlos antes de que la enfermedad empeore y necesiten hospitalización, además de proporcionar la data suficiente para aislar a los contagiados y sus contactos y con eso intentar contener la dispersión del virus.

Obviamente el Gobierno tampoco ha tenido una respuesta lo suficientemente rápida y adecuada para al ritmo de contagios, no solo por la precariedad de nuestro sistema de salud –que este Gobierno pudo mejorar en los dos años que tiene en el poder, pero no lo hizo– sino también porque el aspecto logístico ha fallado constantemente. El Perú, como otros países, tenía información acerca de la cercanía de este virus y su agresivo comportamiento desde hace varios meses. Cabe preguntarse entonces por qué no abastecieron al país de trajes médicos especiales, mandiles, mascarillas, respiradores artificiales y todo el equipamiento necesario no solo para cuidar al personal médico y de las Fuerzas Armadas y policiales, sino también para atender a los posibles contagiados. Si sabíamos que había un enemigo peligroso acechando, lo mínimo que debimos hacer fue prepararnos para recibirlo, ganando incluso por “puesta de mano” a otros países, que después iban a requerir lo mismo. Pero no fue así.

Ahora estamos ante la posibilidad del levantamiento de la cuarentena por parte del Gobierno central. Cabe preguntarnos ¿esto será beneficioso o terminará siendo un error garrafal que provocará la multiplicación de los contagios? Es obvio que será gradual, probablemente se mantenga el toque de queda –tal vez reduciendo el horario–, la prohibición de circular los domingos y de asistir a reuniones sociales. Incluso puede ser que algunas actividades económicas, como el turismo o la venta de mercadería no esencial, tampoco puedan realizarse.

Pero más allá de eso, quedan como experiencia, por ejemplo, las salidas por género, que provocaron inmensas colas en los centros de abasto; que dos o más personas en una familia salgan a hacer las compras, que los que tienen mascotas las usen como pretexto para estar en la calle, que muchos no respetan el metro mínimo de distancia, que algunos hasta ahora no usan mascarillas, etc. Todo ello nos demuestra que probablemente el grueso de la población no cambie sus costumbres y actitudes cuando se levante parcialmente la prohibición. Y eso es muy peligroso.

Sin embargo, tampoco podemos negar que la cuarentena, como está, tiene un impacto muy negativo sobre la economía de los hogares peruanos. Por lo tanto, se necesitan otros mecanismos que ayuden a solucionar el problema. Por ejemplo, identificando los centros poblados que no tienen casos activos de Covid-19, ellos podrían cerrar sus fronteras y continuar con sus actividades, comunicándose con normalidad solo con otros centros poblados libres de contagiados; y con restricciones y cuidados especiales, con aquellos lugares que sí tienen casos activos. Aquí las autoridades, desde las regionales hasta las distritales, jugarían un papel importantísimo y de mucha responsabilidad, tal y como lo exige su investidura. Otra opción es dejar operar a las empresas mineras, que tienen la capacidad de verificar previamente, y luego diariamente, si su personal se encuentra sano. Además, lo remoto de sus ubicaciones, permitiría aislar el problema, si se presentara.

Por el bien del país, hagamos votos para que las autoridades presenten soluciones viables.

Ursula Chamochumbi
22 de abril del 2020

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