Úrsula Letona

Las grandes ausencias del discurso presidencial

Un ejercicio de excusas y pretextos sin logros que mostrar

Las grandes ausencias del discurso presidencial
Úrsula Letona
01 de agosto del 2017

Un ejercicio de excusas y pretextos sin logros que mostrar

Empecemos por lo rescatable. El mensaje presidencial, a nuestro criterio, tuvo aciertos puntuales. El primero se vincula con la catástrofe que nos azotó durante el verano último, es decir El Niño costero, y consiste en el establecimiento de una asignación económica para los damnificados; el segundo, que tiene que ver con otro fenómeno que día a día azota a todos los peruanos —especialmente a los que vivimos en Lima—, como es el tráfico y sus consecuencias, con la creación de una autoridad especial. Asimismo, anuncios como la Reforma del Consejo Nacional de la Magistratura o la ejecución de obras de redes de agua y desagüe merecerán, desde el Congreso, un análisis y priorización como hasta hoy, pensando siempre en el beneficio del país y en los más necesitados.

Salvo estos temas, creo que el mensaje fue más un ejercicio de excusas y pretextos sin logros destacables que mostrar; pero lo que es peor, careció de acciones concretas a desarrollarse a futuro que nos permitan pensar en que las cosas mejorarán. Faltó generar esperanza e inyectar optimismo. Frases como “la economía volverá a crecer, yo lo haré posible” o “hemos efectuado 73 operativos hasta la fecha”, dan cuenta de la ausencia de acciones de Gobierno concretas para reactivar la economía o luchar contra la inseguridad ciudadana, por citar dos ejemplos claros.

Si de política económica se trata, se omitieron acciones concretas, por ejemplo para reactivar la industria nacional que viene decreciendo. Lamentablemente el Gobierno se enfocó básicamente en el destrabe y acciones a favor de la gran empresa. Una —hasta hoy— errática política de promoción de las mypes tampoco tuvo novedades o acciones esperadas. Requerimos una política de Estado que acompañe a las mypes hacia el desarrollo, y que vaya más allá de un régimen laboral; requerimos de una agencia de desarrollo que mantenga vivos los pequeños emprendimientos, que los ayude a crecer, que les genere mercado, cadenas productivas y que finalmente replique estas experiencias y las transforme en medianas empresas. El modelo chileno ha sido exitoso, falta adecuarlo a nuestra realidad, empezando por al menos analizarlo.

Todos queremos que los grandes proyectos mineros, de energía o de turismo se destraben, pero queremos que se ejecuten en absoluto respeto a las comunidades y al medio ambiente. Debemos recuperar el principio de autoridad que hoy hemos perdido con respecto a los actores radicales. No existe labor de inteligencia alguna, ni siquiera una política de prevención que nos permita evitar paros y huelgas que afectan a la población del área de influencia, a los inversionistas y sobre todo al país. Hemo penalizado la protesta, en algunos casos en forma injustificada.

En temas de seguridad ciudadana y lucha contra el narcoterrorismo, el puerto del Callao y las ingentes cantidades de droga que ahí se comercializan fueron un gran ausente. También faltó una respuesta al posible renacimiento del terrorismo, sobre lo que tampoco se dijo nada, pese a que hace poco un movimiento radical vinculado a Sendero Luminoso realizó una marcha en nuestra capital, resguardados por miembros de nuestra Policía Nacional del Perú.

Seguiría escribiendo sobre las ausencias del discurso y sobre los temas que el presidente priorizó tratar; pero la gran ausencia, la madre de todas, es la ausencia de un anuncio que implique reformas estructurales, aquellas que necesita el país y que no ejecutamos desde los noventa. Reformas estructurales en materia laboral, tributaria, de salud y de educación, sin las cuales nuestro país no podrá cerrar las brechas existentes;pero sobre todo no podrá saldar la deuda que tiene con los más pobres, la deuda de igualarles la cancha de las oportunidades. Nunca es tarde, estaremos atentos y dispuestos a apoyar.
 

Úrsula Letona

Úrsula Letona
01 de agosto del 2017

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