Iván Arenas
¿La división de la izquierda electoral?
Pedro Castillo le resta posibilidades a Verónika Mendoza
Aunque la prensa capitalina soslaye el repentino ascenso de Pedro Castillo, el candidato de Perú Libre, en las encuestas no oficiales, de alguna manera podría representar el quiebre fatal de la izquierda en sus aspiraciones para pasar a una segunda vuelta en las próximas elecciones presidencial. ¿Por qué? Porque el crecimiento del profesor Castillo carcome completamente las posibilidades de Yonhy Lescano y de Verónika Mendoza, y destruye cualquier atisbo de posibilidad de la zurda para pasar a una segunda vuelta. Todo indica que la izquierda se organizará para la derrota electoral.
Como dijimos, las últimas encuestas no oficiales señalan el crecimiento importante y sorprendente del profesor Castillo, sobre todo en el sur peruano. En tanto que en el otro punto del arco, y vale la pena explicarlo, Marco Arana, del Frente Amplio, a pesar de las subvenciones estatales apenas podría rozar el 3%. Y con ello perdería su inscripción, con un seguro desenlace implosivo dentro de su agrupación, con divisiones y renuncias.
Como también lo mencionamos, el rápido avance del profesor Castillo podría reducir al mínimo las posibilidades de Mendoza y paralizar –o bajar– las pretensiones de un Lescano que todo indica que se ha posicionado en la izquierda electoral. Pero los adversarios internos en su propio partido señalan que el puneño no es de izquierda ni de derecha, sino de lo que haga falta; y ponen como muestra de ello su plan de gobierno. Se proyecta, entonces, una división del voto sureño entre Lescano, Verónika, Castillo y allí Arana, aunque este último por mucho menos.
En la demografía electoral peruana, se sabe que el sur es el bastión clave para las pretensiones de la zurda si quiere llegar al ballotage, porque en dichas regiones hay una tendencia clara hacia la izquierda sociológica. La división frenaría las presunciones izquierdistas. De allí entonces que Verónika Mendoza, en el último debate electoral, haya girado al centro con el objetivo de ganar una parte del voto urbano y limeño, porque desde su tienda política se percibe que no podrá monopolizar el voto sureño. Necesita entonces el voto limeño, afín a Guzmán y Forsyth
La aparición sorpresiva de Castillo –cuyos mítines son masivos en Puno, Juliaca, Cusco y otras provincias altas– se deben a una unificación de diversos sectores sociales y políticos; entre ellos las burguesías sureñas antiestatales, operadores de izquierda relacionados al proyecto ideológico “evista” (anticaviar y antilimeño) y la amplia disidencia del profesorado del Sutep. Asimismo, para ser honestos, López Aliaga ha empezado con buen pie en el sur. Y todo indica que ambos, los candidatos de Perú Libre y Renovación Popular, representan el voto conservador en sus diferentes vertientes.
Pero el Perú es el Perú. Un político de vieja data, como Manuel Benza, ha llamado a la unificación del voto zurdo hacia Verónika Mendoza, previendo una posible debacle electoral. Saben que el voto zurdo, de no unificarse, se estaría auto estrangulando. Solo falta ver que las nuevas encuestas de estos días certifiquen estas aproximaciones.
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