Kast y la segunda vuelta en Chile

Como escribí en el artículo anterior, la ciencia política, al ser una ciencia social, no debe ser entendida como una brujería, ni una predicción del futuro como si tuviéramos una bola de cristal. Hay que entender que, en base a ciertos indicadores, se puede hacer una prospectiva que puede converger con sucesos venideros, como los resultados de la segunda vuelta presidencial en Chile, donde se enfrentan dos candidatos, Jeannette Jara y José Antonio Kast, que representan modelos absolutamente opuestos. ¿Quién podría ganar? Es más probable que Kast gane por diversas razones:

1.- La razón más fuerte es que su contrincante es una política impresentable por representar una ideología totalitaria que mantiene una dictadura longeva en nuestro continente desde enero de 1959. Me refiero a la dictadura comunista en Cuba. Como sabemos, jamás la candidata Jara ha llamado dictadura a la longeva dictadura comunista cubana comandada por Miguel Díaz Canel porque ella es comunista. Además, hay que explicarlo con paciencia para muchos peruanos: quien es comunista, más allá de su nacionalidad, siempre va a desear, y si tiene el poder lo va a ejecutar, llevar a su país hacia una dictadura totalitaria, como lo han hecho todos los comunistas cuando han tomado el poder, desde la Rusia de los soviets de Lenin, pasando por la China de Mao, hasta la Cuba guerrillera de Fidel Castro. Por eso, sumado a los más de 110 millones de seres humanos asesinados por el comunismo, esta ideología es absolutamente liberticida y antidemocrática desde el ángulo filosófico hasta el político. El comunismo surgió en Occidente, pero con la intención de destruir Occidente desde dentro.

2.- Pasando a la realidad chilena, en la primera vuelta hubo dos candidaturas de derecha que obtuvieron resultados interesantes: Kaiser obtuvo el 13.94 por ciento de los votos y Matthei el 12.46 por ciento de los votos válidamente emitidos. Ambos candidatos han pedido a sus electores que voten en segunda vuelta por Kast, lo que haría ganar a Kast con el 50.32 por ciento de los votos. Además, podría ocurrir lo mismo que en la última segunda vuelta, que un tercio de los electores del candidato Parisi vuelva a decantarse por Kast, aunque los otros dos tercios de electores de Parisi, por su deriva demagógica y populista, voten por la candidata oficialista Jara. A esos dos tercios de electores de Parisi los defino como los acomplejados de la izquierda. No les gusta autodefinirse como izquierda o progresistas, pero electoralmente son comparsa de la izquierda.

3.- En la primera vuelta, los dos candidatos situados más a la izquierda de la candidata oficialista Jara sacaron, juntos, el 1.86 por ciento de los votos válidamente emitidos. La única esperanza de Jara son los electores de Parisi, pero, como repito, a pesar de su deriva demagógica, no todos esos electores irían hacia ella porque Jara asume los pasivos de la administración del ex dirigente universitario Boric. Además, como dato histórico, en la elección en que Boric le ganó a Kast, el hoy presidente chileno tenía a una izquierda más moderada representada por la entonces candidata democratacristiana Provoste, que sacó el 11.6 por ciento de los votos. Mientras tanto, más a la izquierda de Boric se encontraban los mismos candidatos situados hoy a la izquierda de Jara, que en esa elección sumaban juntos más del 8 por ciento de los votos. Es decir, si Boric ganó fue porque en el espectro que iba del centroizquierda hacia la izquierda él tenía más electores que recoger en segunda vuelta. En cambio, la situación del 2025 con Jara es totalmente diferente, sumado a que Boric contó con la violencia radical de la izquierda de octubre del año 2019. Hoy ellos son el gobierno.

4.- Para que Jara tuviera más posibilidades de ganar en la segunda vuelta, ella debió superar el 35 por ciento de votos en la primera vuelta y llevarle 10 por ciento o más a Kast. Ninguna de estas dos condiciones se ha cumplido en beneficio de Jara.

A modo de conclusión, en base a la prospectiva que he descrito, es más probable que Kast gane la segunda vuelta, pero me atrevo a escribirlo con poca diferencia. Lo que sí reconozco en Jara es su capacidad de polarizar, por lo que la diferencia entre ambos no sería mayor del 5 por ciento. Esto se debe a que siempre es más fácil ser de izquierda porque supuestamente defienden a los pobres y luchan contra el malvado imperio explotador. En cambio, defender públicamente posturas conservadoras genera resistencia, sobre todo en nuestros países, donde persiste un resentimiento social que lleva a juzgar obsesivamente el pasado.