Día Internacional de la Educación

La educación potencia el capital humano de las personas, y es un elemento clave del desarrollo sostenido.  Esta herramienta común rompe las cadenas de la desigualdad y la pobreza y nos lanza hacia la prosperidad que es lo que todo ser humano merece vivir.

A pesar de los esfuerzos por masificar la educación, 251 millones de niños y jóvenes no asisten a la escuela en el mundo, de acuerdo al Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (GEM) de 2024. Este escalofriante número supera a toda la población de Brasil y, más de 763 millones de adultos no saben leer ni escribir, según la Unesco

En este desafiante contexto, este 24 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación. Y para el 2025 el lema es: "Inteligencia artificial y educación: preservar la autonomía humana en un mundo de automatización". En esta línea, la Dra. Stefania Giannini propone que unidos podremos construir un futuro donde la innovación tecnológica pueda alinearse con la acción humana.

La Unesco, como centro neurálgico de la educación global ante un mundo cada vez más diverso y mestizo, impulsa una educación inclusiva e intercultural que garantiza que ningún niño, joven o adulto quede fuera del sistema educativo. Este enfoque lo han de promover todos los gobiernos con miras de lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible al 2030 centrada en las personas.

En esta era de la inteligencia artificial, la educación es un derecho fundamental de todas las personas, al igual que el derecho a la vida. Al respecto, el Dr. António Guterres agrega que es clave para potenciar la capacidad de las personas, pero sin una inversión adecuada, ese potencial se desperdicia debido a muchas políticas gubernamentales que no priorizan a la educación. 

En un mundo atrozmente conflictivo, la educación es una inteligente respuesta para una armoniosa convivencia.  Fomentar valores como la justicia, la solidaridad, la cooperación y el respeto a los derechos humanos es un reto global. Asimismo, entendamos que esta es la única arma para erradicar la pobreza y elevar al ser humano hacia una vida próspera y digna.

Con todos los conocimientos que poseemos, los gobiernos de cada país deben priorizar una educación que potencie las competencias de sus habitantes, y que no tengan la necesidad de migrar a otros países para realizar sus sueños.