Chavín de Huántar en la historia

El Almirante Luis Giampietri, ex Vicepresidente de la República, era Jefe del Estado Mayor General de la Marina durante la Guerra del Cenepa. Su apoyo fue decisivo para la diplomacia de Torre Tagle en la negociación que me correspondió conducir en defensa del Perú. Aunque las acciones bélicas se encapsularon en ese enmarañado valle al sur de la Cordillera del Cóndor, la presencia amenazadora de nuestra flota en la frontera marítima con Ecuador tuvo un valor estratégico decisivo en apoyo de las batallas valerosamente libradas por las tropas comandadas por el entonces Coronel EP Roberto Chiabra para repeler la agresión.

Años después, al retirarse del servicio activo en la Armada, Gianpietri concentró su compromiso con el país en el ámbito de nuestra zarandeada política, siempre necesitada de personalidades entregadas al país. Fue regidor de la Municipalidad de Lima antes de ser Primer Vicepresidente de la República y congresista en el segundo gobierno de Alan García. 

A raíz de su riesgosa misión como enlace de inteligencia para salvar a los rehenes capturados por terroristas del MRTA en la Embajada del Japón (1997), Gianpietri participó en los actos conmemorativos de esa extraordinaria operación de rescate comandada por el ahora congresista y vocero de Avanza País, el General (retirado) José Williams. Este ha sido el telón de fondo de la vergonzosa trifulca intencionalmente provocada en el Congreso por los insultos que recibió del parlamentario Bermejo (Perú Libre), después que el Almirante recordara el voluminoso –y olvidado– expediente policial que sustenta la acusación en su contra, por intento de homicidio en contra de él y del ex Presidente García. 

Sin duda alguna, Perú Libre encomendó a Bermejo armar un incidente teatral en el Congreso de la República, que hizo bien en no consentir la desafiante presencia de Vladimir Cerrón, quien pretendía magnificar los intentos del Presidente de la República y su Primer Ministro de resucitar el fracasado propósito de convocar una asamblea constituyente. Una estrategia para imponer una carta política a la medida de sus trasnochadas aspiraciones, en un escenario nacional cada vez más adverso e irritado por la incompetencia de un gobierno probadamente incapaz de gestionar la administración pública. 

Con una asombrosa falta de inteligencia, nuestros “líderes” planificaron esas acciones para que coincidieran con la conmemoración de la formidable operación Chavín de Huantar. Una operación que todos los peruanos de corazón no solo sentimos como propia sino que siempre será motivo de orgullo para un país que necesita triunfos y no políticas que destruyan lo que tanto nos ha costado construir.