Barnechea, Acción Popular y el “otro Perú”

En los últimos días han surgido –entre los analistas y periodistas– diversas opiniones sobre la existencia de dos bloques, que hasta ahora se suponen antagónicos, en Acción Popular. Por un lado existiría un bloque parlamentario orientado hacia la izquierda, posiblemente influenciado por el ahora asesor Yonhy Lescano; y otro bloque conservador (sic), encabezado por Alfredo Barnechea y Raúl Diez Canseco.

De alguna manera, separar las aguas entre izquierdistas y conservadores en la tienda acciopopulista revela aún esa vieja limitación de la ciencia política, que insiste en dividir las identidades políticas soslayando la compleja realidad de la sociología peruana. Como decíamos, continuar azuzando las viejas fronteras entre izquierda y derecha es obviar, por ejemplo, que en los últimos años las identidades políticas en el Perú se polarizaron entre fujimoristas y antifujimoristas, y en estos últimos se agruparon desde los liberales autodenominados “hayekianos” hasta los marxistas de viejo cuño. Y de allí, por ejemplo, el apoyo de la izquierda a PPK; y de los liberales a Ollanta, a pesar del riesgo chavista de aquel entonces.

Como decíamos arriba, algunos analistas y casi todo el establishment de la ciencia política – aún con sus viejas anteojeras ideológicas– soslaya la compleja realidad de la sociología peruana, que en tiempos de pandemia ha revelado aún más la existencia de dos países: el Perú oficial y el Perú real. Así, se puede decir que en ese mundo del Perú real, ese mundo emergente y de mercados populares, lejanos a las mesocracias y que significaría casi dos tercios del país, está hoy en búsqueda de una representación política clara, que no la encontrará en las izquierdas y las derechas de hoy, según las categorías del politólogo.

Por ejemplo, ante los rigurosos protocolos de seguridad impuestos por el Estado, el capitalismo popular del minero artesanal e informal, así como los empresarios de Gamarra, han quedado al margen. ¿Qué partido en el arco de izquierdas y derechas de hoy podría representar a ese mundo popular y de sociedades emergentes, procapitalistas y de empresas familiares? ¿La izquierda de cuño estatista? ¿La derecha mercantilista que defiende privilegios de castas? 

Ahora, cuando decimos que Barnechea tiene la primera opción es porque en la pasada elección nacional pudo construir una identidad política ajena al eje de aquel entonces, la división entre fujimoristas y antifujimoristas. Si Barnechea mira al mundo emergente, que es la gran novedad de principios de este siglo, y logra convertirse en su representación política nítida nada lo detendría en su camino a Palacio.

La política descansa siempre en el correcto análisis de la sociología. De allí que, por ejemplo, no habría existido Fernando Belaunde sin el crecimiento de una clase media urbana a fines de los años cincuenta del siglo pasado. Belaunde fue la representación de estas nuevas clases medias que no miraron al Apra o la derecha. Hoy sucede que ese Perú real, emergente, informal y plebeyo, no ha sido estudiado con ojos críticos, sino con las mismas anteojeras con las que el politólogo lo vio en el siglo XX.

Si Barnechea logra una conexión sólida y nítida con el “otro Perú” habrá roto esa falsa polarización entre “conservadores” e “izquierdistas”, que hoy algunos tratan de demostrar que existe en Acción Popular. Y también habrá logrado, como Belaunde, representar a la nueva sociedad peruana.