Tía María: continúa la presión del radicalismo antiminero

En todas sus más recientes declaraciones públicas, el ministro de Economía, Kurt Burneo, está anunciando que dará facilidades para el desarrollo de las inversiones en  nuestro país, y especialmente para la ejecución de los numerosos proyectos mineros que el país tiene en cartera. Ante ello, Carlos Gálvez Pinillos, expresidente de la Sociedad Nacional de Minería y Petróleo, ha señalado que si el proyecto Tía María (en Arequipa) empieza sus operaciones de inmediato, recién se podrá creer en las palabras del ministro de Economía. “Lo más importante es demostrar lo que se dice con hechos. El primer proyecto que tiene todo listo con todos los permisos es Tía María. Si comienzan a impulsar la construcción del proyecto Tía María, entonces podremos creer las afirmaciones del ministro”, dijo Gálvez Pinillos.

Con una inversión de US$ 2,000 millones, el proyecto minero Tía María –ubicado en La Joya– está destinado a convertirse en uno de los principales motores de la economía arequipeña. Tía María producirá cerca de 120,000 toneladas métricas de cobre (TMC) anuales y aportará al país más de S/ 300 millones en canon y regalías. Además generará 9,000 empleos en su zona de influencia. El proyecto minero cuenta ya con todas las autorizaciones del Estado, incluso con la llamada “licencia social”.

Sin embargo, el contexto político parece completamente opuesto al desarrollo de este ya antiguo proyecto minero. Es conocida la abierta actitud contra la gran minería del Gobierno de Pedro Castillo y Perú Libre, que incluso ha llegado al extremo de cerrar ilegalmente operaciones mineras que estaban en pleno funcionamiento. A eso se debe sumar ahora la reciente elección como alcalde provincial de Islay de Richard Hitler Ale Cruz, un agitador antiminero con una muy larga trayectoria. En 2015, Ale Cruz estuvo al frente de las violentas manifestaciones contra el proyecto minero Tía María, y por eso, junto a otros dirigentes, fue acusado por la Fiscalía por asociación ilícita para delinquir, disturbios y extorsión en agravio del Estado. 

No es la primera elección para un cargo público que Ale Cruz obtiene con su radicalismo antiminero. En 2010 fue elegido alcalde del distrito de Deán Valdivia, cargo desde el cual dirigió, en 2012 las protestas contra el proyecto Quellaveco, que entonces recién se iniciaba; protestas que llegaron hasta el bloqueo total de la carretera Panamericana entre los kilómetros 1046 y 1049. Posteriormente, en 2015, Ale Cruz obtuvo la Municipalidad provincial de Islay, cargo que empleó para difundir mentiras y dirigir protestas contra las empresas mineras.

A pesar de haber vuelto a obtener este último cargo, los medios regionales señalan que el desempeño de Ale Cruz como alcalde provincial de Islay fue muy malo. “En Mollendo, la capital de Islay, aún se le recuerda como el promotor de los ‘playazos’ que convirtieron a la bahía en zona de bares y  centros de desorden. Y también por desperdiciar recursos en un parque de dinosaurios sobre un terreno que no era de propiedad municipal” indica el diario Correo. Además, por esta gestión Ale Cruz ha sido denunciado por los presuntos delitos de colusión agravada y negociación incompatible.  Se le acusa de adquirir y registrar órdenes de compra y servicios con una empresa de un amigo muy cercano. 

Hace algunos años, en una entrevista a RPP, Richard Hitler Ale Cruz señaló que no le pesa nada de lo que ha hecho y  que tampoco le disgusta su segundo nombre. “No me siento mal, todo lo contrario, porque Hitler tuvo una parte muy buena, por eso mi padre me puso ese nombre, Hitler tuvo su lado sanguinario, pero también tuvo un pensamiento social”. Peculiares coincidencias con las polémicas declaraciones que hizo hace algunos meses el cuestionado primer ministro Aníbal Torres, y que muestran el extremismo y autoritarismo de ambos personajes.