Sector minero peruano podría generar más de dos millones de empleos

En la inauguración del el 14 Simposium Internacional del Oro, Plata y Cobre –organizado por la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), y que se llevó a cabo en Lima, entre el 10 y 12 de mayo último– José Augusto Palma, quien presidió el evento, afirmó que si se ejecutan todos los proyectos mineros que actualmente tiene en cartera el Perú tiene en cartera, y cuyas inversiones ascienden a US$ 53,000 millones, se generarían más de dos millones de nuevos empleos formales en nuestro país, directos e indirectos. Palma añadió que esos proyectos además generarían para el Estado ingresos de más de S/ 350,000 millones. 

¿Por qué extraña razón entonces se le niega al Perú la posibilidad de esta ruta hacia el desarrollo? ¿Por qué una sociedad renuncia a crear tal cantidad de empleo que reduciría la pobreza a niveles impensados? ¿Por qué no se entiende que la minería es un puente directo al desarrollo, a la industrialización y el bienestar general de la sociedad? La respuesta a casi todas estas interrogantes está en los relatos progresistas sobre el medio ambiente, mentiras y leyendas negras que han calado en grandes sectores de la población, y que son utilizados por el radicalismo y los comunistas para generar conflictos sociales. 

El sector minero formal es uno de los pilares de la economía del país, además de ser un motor del desarrollo y un generador de bienestar para grandes sectores de la población. La minería legal, moderna y responsable representa el 10% del PBI peruano, el 12% de la inversión privada; y el 60% de las exportaciones. Solo en 2021, gracias al alza de los precios de los metales, la minería aportó al Estado la S. 14,400 millones; una cifra récord: tres veces más de lo contribuido anualmente por la minería en los últimos diez años. Además, por cada empleo directo en la minería, se generan ocho empleos indirectos.

En la inauguración Simposium Internacional también estuvo presente, Danielle Martin, directora de performance social del Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM), quien dio la conferencia titulada "La minería como socio transformador del desarrollo”. Martin subrayó que aquellos países en los que la minería tiene un rol importante en materia económica, se ha observado una mejora significativa en los últimos 20 años. “Esto se debe a que los aportes realizados por el sector minero han contribuido a las metas establecidas por las Naciones Unidas, incluyendo la mitigación a la pobreza y la contribución al trabajo decente”.

En el evento también se destacó la importancia de la minería en la lucha contra el calentamiento global y el cambio climático. El consumo de energía limpia, uno de los más importantes aportes para la solución de estos dos gravísimos problemas, se sustenta en la producción de cobre destinada a la fabricación de vehículos eléctricos y paneles solares, lo que ha impulsado la cotización del metal rojo. Y precisamente el Perú es el segundo productor mundial de cobre.

En los próximos años veremos a nivel mundial una firme tendencia hacia la descarbonización de la economía mundial y menor consumo de combustibles fósiles. Y eso a contracorriente de la propuesta del Gobierno de Perú Libre de impulsar y masificar el consumo de gas natural, una de las fuentes de energía más sucias y contaminantes. En contra de lo que afirman las mentiras y leyendas de los progresistas, la minería es parte importante de la transición del mundo a una economía neutra en carbono, menos contaminante y dependiente de los combustibles fósiles.

La descarbonización de la economía mundial es un enorme desafío para la humanidad, que ofrece una gran oportunidad para combatir el cambio climático y, a la vez, generar empleo y bienestar. Y la minería es parte integral de este esfuerzo, porque produce los metales necesarios para lograr este objetivo y construir un mundo mejor. Y al Perú, como país minero por tradición le corresponde un rol destacado en esa transformación.

El 14 Simposium Internacional del Oro, Plata y Cobre, entonces, ha servido para recordarnos nuestras inmensas posibilidades en la actividad minera y los desafíos que tenemos que superar, sobre todo ahora que la minería es atacada por minorías radicales intransigentes.