Perú Libre y el arte de demonizar a la empresa privada

Algunos voceros de Perú Libre han comenzado a afirmar que la trepada del dólar, el incremento de productos de la canasta básica que dependen de las importaciones y el frenazo de las inversiones y la economía en curso forman parte de las estrategias empresariales que buscan desestabilizar al gobierno de Pedro Castillo. Un vocero llega a preguntarse sobre cómo es posible que el pollo, el aceite y el pan, comiencen a dispararse, y agrega que se trata de una estrategia de boicot de la derecha.

A nuestro entender, esos criterios son calcados de principio a fin de las estrategias que utilizaron Hugo Chávez y los jerarcas chavistas para avanzar en el camino de las expropiaciones y la colectivización de la economía de Venezuela. Son dos gotas iguales del mismo rocío. Si el dólar sube y los precios de la canasta básica se disparan porque dependen de las importaciones es por una sola razón: la gente ha comenzado a desconfiar del sol y comienza a comprar dólares como una manera de asegurar sus ahorros. A estos hechos se suman las corridas bancarias y la fuga de capitales del país, que hoy pueden sumar más de US$ 16,000 millones.

Vale destacar que la trepada del dólar se produce cuando esta moneda extranjera debería estar con clara tendencia a la baja, habida cuenta de que el precio del cobre ha alcanzado niveles históricos. Es decir, ingresan más dólares a la economía y, por lo tanto, el precio de la moneda extranjera debería estar a la baja.

¿Por qué entonces sube el dólar y los precios de la canasta básica que dependen de las importaciones? Porque los anuncios de la constituyente, de las expropiaciones y el cambio de modelo económico obligan a los ciudadanos y a las empresas a tratar de proteger sus esfuerzos y ahorros –es decir, su propiedad privada– refugiándose en el dólar, una moneda que no perderá su valor por el cambio de modelo. El sol peruano, como alguna vez sucedió con el inti en el Perú de los ochenta o el bolívar de Venezuela, simplemente puede licuar su valor por el cambio de modelo.

Ante semejante situación cualquier persona bienintencionada trataría de detener el pánico que se apodera de los ciudadanos y empresas –en sus intentos de proteger sus ahorros– y anunciar que se descarta la constituyente y las expropiaciones. Sin embargo, si el objetivo es expropiar y colectivizar la economía se seguirá responsabilizando –tal como lo hacen algunos voceros de Perú Libre– a los ciudadanos y a las empresas que buscan proteger sus ahorros.

Por todas estas consideraciones, el señor Pedro Castillo debería descartar de plano la convocatoria de una constituyente y el camino de la colectivización de la economía del país. Debería buscar restablecer la paz social alterada por la negativa del Jurado Nacional de Elecciones a contrastar las actas cuestionadas con el padrón electoral antes de la proclamación de los resultados y por el programa de Perú Libre que plantea la convocatoria a una constituyente y el camino de la colectivización de la economía.