¡No hay reactivación sin relanzar la inversión privada!

En medio del desgobierno general que desata el gobierno de Pedro Castillo es evidente que la presencia de Kurt Burneo en el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) no es lo peor que puede suceder. Si comparamos los anuncios del nuevo titular del MEF con respecto a la obsesión del ex titular del sector Pedro Francke de aumentar impuestos a “los ricos”, incluso podríamos decir que estamos mejor.

Sin embargo, creemos que el debate nacional sobre el curso de la economía no debe circunscribirse a los humores de las izquierdas en general; es decir,a todos los sectores que han causado la actual tragedia nacional. En ese sentido, el plan Impulso Perú, que acaba de presentar el MEF es uno de izquierda, porque no existen medidas concretas para relanzar la inversión privada.

El MEF acaba de presentar el plan de reactivación Impulso Perú, que se propone un crecimiento de 3.3% para el próximo año de acuerdo al Plan Macroeconómico Multianual. El crecimiento se basa en un agresivo impulso fiscal que, en una primera etapa, considera un gasto de S/ 5,262 millones con el objeto de crear 200,000 empleos. Igualmente se proponen subsidios temporales en GLP, transportes y electricidad, para los hogares vulnerables, y un programa de créditos por S/ 500 millones. 

Sin embargo, ninguna política de reactivación basada en el gasto fiscal tendrá efecto real si es que no se relanza la inversión privada, hoy en franca desaceleración por los anuncios del Gobierno acerca de la constituyente y la promoción de las nacionalizaciones de los recursos naturales, y también por la promulgación de los decretos laborales del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE). Los mencionados decretos prohíben la tercerización laboral y promueven la creación de sindicatos en fábricas, sectores productivos y grupos empresariales, y liberalizan el derecho de huelga. Es decir, un verdadero ataque nuclear a nuevas inversiones.

¿Por qué todo es relativo si no se relanza la inversión privada? El sector privado representa el 80% de los ingresos fiscales, provee más del 80% del empleo y suma más del 80% del total de lo que se invierte en un año en el país. Bueno, ese sector privado crecerá cero en el 2022; y si no cambian las cosas, se derrumbará en el 2023. ¿Cómo puede funcionar un plan de reactivación sin considerar esa variable? Casi imposible.

Por todas estas consideraciones, el principal papel del MEF debería ser modificar las cosas en el Gabinete y lograr que el propio Ejecutivo proceda a derogar los mencionados decretos, medidas que representarían un gran shock de confianza en las políticas públicas.

El propio Burneo ha reconocido que para evitar que aumente la pobreza el Perú debe crecer en alrededor del 5%. Es decir, para evitar el incremento de este flagelo social se debe crear empleo suficiente que absorba la demanda de los 300,000 jóvenes que se incorporan anualmente a la economía. Nadie puede pedirle al MEF que convenza al Gobierno de archivar la constituyente y las nacionalizaciones, pero si es posible girar el timón en el asunto de los decretos laborales.Es algo absolutamente viable para organizar una política económica que reactive la economía.

Por otro lado, la oposición en el Congreso, que se ha convertido en una tragedia en desarrollo –con su división y apoyo a la censura comunista de Lady Camones– ha sacado cuerpo de su responsabilidad con respecto a la inversión y el empleo, y se ha negado abiertamente a derogar los señalados decretos laborales. En otras palabras, en el Gobierno y la oposición, se contempla con gran indolencia cómo se desacelera la economía y cómo se pierde una oportunidad histórica para ganarle a la pobreza.