Mineros ilegales siguen invadiendo en Las Bambas

Únicamente en el Perú puede suceder que una de las diez minas más grandes de cobre del mundo –es decir, Las Bambas–, haya sido invadida por unas pocas decenas de mineros ilegales ante la vista y paciencia de las autoridades. Una clara demostración de que en el Perú no existe Estado de derecho.

Las Bambas es una mina que representa US$ 10,000 millones de inversión y suma el 1% del PBI nacional, el 9% del PBI minero y alrededor del 75% de los ingresos de la región Apurímac. El desarrollo de las operaciones de Las Bambas posibilitó que la pobreza en los 84 distritos de Apurímac descendiera del 60% de la población (en promedio) a menos de 40%. Si las cosas no avanzan más es por los artificiales conflictos sociales causados por las minorías radicales y las ineficiencias del Estado en general.

Las Bambas es una megamina que tiene proyectado producir 400,000 toneladas métricas de cobre (TMC) anuales. Sin embargo, desde el inicio de las operaciones mineras se han acumulado más de 500 días de bloqueos de la carretera, que han impedido trasladar el mineral al puerto. Asimismo, unas semanas atrás, no más de cuatro decenas de miembros de la comunidad de Huancuire asaltaron el campamento minero en el área del tajo Chalcobamba. Semejante situación ha rebajado las proyecciones de producción de la mina a 300,000 TMC. No obstante, en el primer semestre de este año, en pleno superciclo mundial de precios de cobre, apenas se produjeron 100,000 TMC. Un desplome dramático.

Sucede que una de las causas del desplome de la producción de Las Bambas es el agotamiento del tajo Ferrobamba, el cual se explota desde el inicio de las operaciones. El tajo Chalcobamba, por lo tanto, debe entrar en operaciones cuanto antes para que el Perú, la región Apurímac y los pobres del país no pierdan con el descenso de la producción de Las Bambas. 

Para operar el tajo Chalcobamba, Las Bambas tramitó todos los permisos correspondientes ante el Ministerio de Energía y Minas (Minem) y desarrolló todas las consultas a las poblaciones. El procedimiento duró dos años. Sin embargo, algunos pobladores de Huancuire bloquearon el proceso y se negaron a participar. Hoy sabemos por qué: un sector desarrolla minería ilegal.

El Ministerio Público y la Policía Nacional del Perú (PNP), en una reciente intervención en Las Bambas, luego del asalto al campamento minero, determinaron que los invasores desarrollan minería ilegal: se encontraron socavones y material de minería. De esta manera no solo se desploman las proyecciones de producción de Las Bambas por las demoras en el desarrollo del tajo Chalcobamba, sino que se fomenta la minería ilegal. Se hace trizas la Constitución y el Estado de derecho, se pulveriza el derecho de propiedad en la minería, se alienta la contaminación ambiental y el fisco pierde millones de soles por la evasión de impuestos y la parálisis de la producción.

El problema es que la destrucción del Estado de derecho en Las Bambas está alentando a las minorías violentistas a invadir otras minas de Apurímac y la Libertad para también desarrollar minería ilegal. ¿Cómo es posible que las autoridades y los peruanos permitan que los mineros ilegales se impongan en Las Bambas? Absurdo.

Se calcula que, entre el 2016 y el 2022, Las Bambas ha aportado S/ 1,858 millones de soles por conceptos de canon y regalías. Una cantidad que representa todo el presupuesto de inversiones de la región Apurímac. Del total de transferencias de ese periodo alrededor de S/ 534 millones se transfirieron al distrito de Challhuahuacho, área de influencia directa de la mina. 

Otra vez, ¿cómo es posible que los peruanos toleren que no más de 40 mineros ilegales paralicen una mina emblemática del país?