¡Exitosa segunda temporada de pesca industrial de anchoveta!

Según un informe reciente del Ministerio de la Producción (Produce), al 2 de diciembre ya se habría registrado una captura de alrededor del 90% de la cuota total asignada de anchoveta en la costa norte y centro del Perú. Ese porcentaje representa más de 1.80 millones de toneladas de anchoveta. Vale recordar que la cuota asignada a principio de diciembre fue de alrededor de dos millones de toneladas. La información del Produce nos señala una cosa: la segunda temporada de pesca de anchoveta es un éxito.

No obstante este éxito, algunos sindicatos, organizaciones no gubernamentales y operadores políticos anticapitalistas quieren detener lo que queda de la segunda temporada (¡a pesar que solo falta menos del 10%!) con la narrativa desgastada de una depredación del recurso, sobre todo por una posible extracción de juveniles (peces de menos de 12 centímetros).

Según Macedonio Vásquez Contreras, presidente del Sindicato de Pescadores de Chimbote y Anexos, “las empresas pesqueras están cometiendo un crimen, depredando la anchoveta en estado juvenil. Pura “peladilla” (juveniles) se está pescando. Hemos llegado al 90% de la cuota de pesca, con aproximadamente 1.86 millones de toneladas, y creemos que es suficiente”. La “denuncia” del sindicalista ha sido recogida por algunos congresistas de Perú Libre de la región Áncash.

Ya otro informe del Produce, en colaboración con el Imarpe, ha señalado que no existe una depredación del recurso anchoveta. El estudio sostiene que “la captura de juveniles es difícil de predecir porque la tecnología acústica tiene progresos, pero aún no tiene la capacidad de medir a los peces con certeza”. Es decir, “lo que mide la ecosonda es reflectividad, no tallas; basta que el pez se mueva para que la reflectividad cambie”. Pero, a pesar de las batallas del anticapitalismo contra la pesca de anchoveta industrial, en esta temporada se ha registrado una baja captura incidental de juveniles.

Ahora bien, en términos económicos, los resultados de la segunda temporada de pesca de anchoveta representan también alrededor de US$ 1,000 millones en divisas para nuestro país, en un momento de recuperación de la economía nacional. Asimismo, se habrían creado 500 puestos de trabajo de manera directa. Todo lo anterior es una enorme contribución a la economía nacional, hoy casi al borde de la destrucción luego de seis meses de gobierno de izquierda.

Ahora bien, ¿cuál es el reto del Gobierno de Castillo en el 2022 con respecto a la industria anchovetera? El desafío debería ser diseñar una nueva política y ordenanza anchovetera para el sur peruano, que desde el humalismo ha sido condenado a la casi desaparición en este sector. Hoy se ha condenado a la empresas anchoveteras a pescar pasada la milla 5 cuando Chile lo hace desde la milla 1. 

Pero todo indica que el gobierno de Castillo y sus congresistas tendrían otros propósitos con respecto a la industria de anchoveta. Se conoce, por ejemplo, que desde el Produce se estaría “analizando” reducir las cuotas de anchoveta para la industria, tal como las organizaciones del radicalismo ambientalista proponen.

Si ello ocurriera –es decir, si el gobierno comunista reduce las cuotas de anchoveta para las próximas temporadas pesqueras– simplemente estaríamos golpeando a la industria anchovetera y, en la práctica, liquidando uno de los motores económicos que tiene el Perú en momentos de difícil crecimiento. En todo caso, desde aquí estaremos atentos si el gobierno de Castillo intenta ponerle un freno a la industria pesquera siguiendo los consejos del anticapitalismo.