Estado no abastece de medicamentos genéricos a familias pobres

Según un reciente estudio de IPSOS, desarrollado por encargo de la Asociación Nacional de Cadenas de Boticas (ANACAB), se establece que, en comparación con siete países de América Latina, los medicamentos puros (genéricos) en el Perú son 84% más baratos, y los medicamentos innovadores 57% más cómodos.

La investigación compara el uso de 75 medicamentos en Perú, Chile, Argentina, Brasil, México, Ecuador y Colombia, y concluye que, en este año, los precios de los medicamentos en el país se ubican en 66% debajo de los del promedio de la región. En el 2020 los precios de las medicinas en el Perú estaban por debajo del 48% del promedio regional y en el 2021 fue de 57%.

¿Por qué entonces no hay medicamentos genéricos en el Perú? La izquierda colectivista, acostumbrada a construir leyendas y a demonizar el sector privado, pretende culpar de esta situación dramática al sector privado. Sin embargo, la mentira se cae a pedazos cuando conocemos la verdad: si consideramos las farmacias del Ministerio de Salud (Minsa) y de la Seguridad Social (Essalud), el Estado es responsable del 80% del abastecimiento de medicinas. El sector privado solo atiende el 20%.

La furia nacional por la falta de genéricos, entonces, debería dirigirse hacia el Estado, hacia el ministro de Salud y las autoridades de Essalud. Los programas del Minsa, del SIS, de Essalud deberían estar repletos de genéricos y medicamentos de fácil acceso.

Los burócratas y los funcionarios –al lado de las corrientes colectivistas y comunistas– han encontrado en la demonización y la desinformación de las farmacias privadas un chivo expiatorio para ocultar la ineficiencia y la corrupción que impide abastecer de genéricos a las familias pobres del país. Por ejemplo, durante el pasado gobierno de Vizcarra, la peor administración del planeta en el manejo de la pandemia, nunca se previó la compra de genéricos: la azitromicina y el paracetamol se convirtieron en productos de lujo. En este contexto, el stock de genéricos de las farmacias privadas, proyectado para un año, se agotó en semanas y solo quedaron las medicinas de marca. 

En uno de los actos más frívolos de nuestra historia republicana, el Ejecutivo de entonces pretendió culpar a las farmacias privadas de la falta de genéricos contra el Covid. Duele recordar estos hechos por la cantidad de muertes y sufrimiento que produjo. 

Algo parecido sucedió con la imprevisión en la compra de respiradores artificiales –las camas UCI– para los enfermos graves del Covid. No obstante que las clínicas privadas solo atendían al 5% de la población,el Gobierno de Vizcarra pretendió culpar de la tragedia nacional al sector privado.

Por todas estas consideraciones, vale resaltar el enorme valor social que tienen las farmacias privadas para cubrir las gigantescas deficiencias del Estado en el abastecimiento de genéricos al país. 

En ese sentido, el estudio de IPSOS sobre los precios de las medicinas ofertadas por el sector privado representa una excelente noticia para los consumidores. Revela la competitividad de las farmacias privadas y debería convertirse en una clara notificación para los políticos encargados de fiscalizar a los burócratas y funcionarios que no abastecen de genéricos al país.