Días atrás en el distrito de Haquira –en l...
La congresista Margot Palacios y la bancada de Perú Libre presentaron un proyecto de ley para expropiar la inversión de MMG-Las Bambas y crear una empresa estatal para operar la mencionada mina, una de las diez minas más grandes de cobre del planeta y que produce el 2% de este metal a nivel mundial.
El mencionado proyecto plantea crear la Corporación Nacional del Cobre y faculta a esta entidad “la renegociación de todo contrato vigente para adecuarlo a la presente ley”. Enseguida, Vladimir Cerrón, líder de Perú Libre, tuiteó señalando que la “Corporación Nacional del Cobre o Empresa Nacional del Cobre, debe ser el ente reivindicativo de la dignidad nacional. La nacionalización es la piedra angular de nuestro porvenir”.
De esta manera Perú Libre se convirtió en claro enemigo de la patria, del Perú, de sus posibilidades de desarrollo, de crecimiento y de la lucha contra la pobreza. ¿Una frase exagerada? ¿Una sobrerreacción de derecha extremista? De ninguna manera. Está absolutamente claro que, a partir de ahora, nadie se atreverá a invertir en minería en el Perú.
El Perú es el segundo productor mundial de cobre, con el 10% de las reservas mundiales probadas del llamado metal rojo. Para entender el potencial de nuestro país con respecto al cobre basta señalar que Chile tiene el 22% de las reservas planetarias, Australia 11%, Estados Unidos 6%, México 6%, China 3% y Canadá 1%. Algo más. En nuestro país la minería moderna contribuye al Estado con una tasa superior al 47% de las utilidades, una cifra más alta que en Chile, Australia y Canadá, potencias mundiales mineras con las que el Perú compite en la captación de inversiones. ¿Qué posibilidades de nuevas inversiones existen luego de la irresponsabilidad de Perú Libre?
El desgobierno nacional de la administración Castillo explica que, no obstante el superciclo de los precios de los minerales, la inversión minera se desplome en alrededor de 15%. En el anterior superciclo, de una década atrás, la inversión minera se expandió sobre el 150%. Es evidente entonces que luego de la propuesta de expropiación, hecha por Perú Libre, la caída se profundizará.
Vale recordar que, según datos proporcionados en el 14 Simposium Internacional del Oro, Plata y Cobre –organizado por la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE)-, en el Perú existe una cartera de proyectos mineros de más de US$ 53,000 millones que generarían más de dos millones de empleos formales directos e indirectos y que aportarían al Estado ingresos por más de S/ 350, 000 millones.
La minería moderna representa el 10% del PBI nacional, el 60% de las exportaciones y el 12% de la inversión privada. El año pasado, gracias al sistema tributario, la minería aportó más de S/ 14, 400 millones, tres veces más que todos los aportes de la minería en los últimos diez años. Una cifra récord en nuestra historia.
Y es en contra de todos estos logros económicos y sociales de la patria, únicos en nuestra historia republicana, que se han lanzado el movimiento Perú Libre y sus líderes principales. Si consideramos el desgobierno nacional que ha desatado el Gobierno de Pedro Castillo y la destrucción del Estado peruano desde adentro, ¿acaso no estamos frente a una especie de ejército de invasión externa? ¿Acaso es inapropiado hablar de enemigos de la patria?
Es evidente que la propuesta de expropiar la mina Las Bambas solo revela la clara estrategia que el Foro de Sao Paulo se ha planteado con respecto al metal rojo del Perú. Es evidente que detrás de la propuesta está la idea de formar una PDVSA del cobre –a semejanza de la expropiación del petróleo en Venezuela– con el objeto de succionar el recurso nacional a favor de la estrategia clientelar y populista de las corrientes comunistas y colectivistas de la región.
Pero también está la simple voracidad por los recursos del Estado, tal como ha quedado demostrado en el diálogo de Zamir Villanueva con el ex ministro de Transportes, Juan Silva.
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