El futuro clúster minero del sur

Las condiciones están dadas, solo falta la iniciativa

El próximo gobierno 2016-2021 tiene el tremendo reto de consolidar el crecimiento económico aprovechando nuestras enormes potencialidades productivas, entre ellas la minería moderna. Si el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski se atreve a impulsar el clúster minero del sur (entre Arequipa, Moquegua y Tacna) nuestro país avanzará hacia la consolidación de un sector productivo clave para el crecimiento y la reducción de la pobreza.

Debemos indicar que las posibilidades de un gran clúster minero en el sur peruano están intactas. Sin embargo, vale aclarar que semejante emprendimiento todavía está en papeles y buenas intenciones. Constituir un clúster minero depende de varios factores, divididos casi siempre en tres fases: masa crítica, consolidación y desarrollo. El futuro clúster minero del sur tendría como punto de partida los altos estándares en comprensión lectora y razonamiento matemático de los estudiantes escolares en Arequipa, Tacna y Moquegua. Este “capital humano” podría luego constituirse en una “masa crítica” competitiva.

Así, los resultados censales en la evaluación de Comprensión Lectora y Razonamiento Matemático del 2015 son más que satisfactorios. En Tacna, ocho de cada diez niños comprenden lo que leen, en tanto que en Moquegua son siete y en Arequipa 6 (también de cada diez). Con respecto a Razonamiento Matemático, en Tacna cinco de cada diez niños son capaces de hacer cálculos matemáticos; en Moquegua cuatro y en Arequipa tres, cuando el promedio nacional es solo de 2 niños (de cada diez).

Para constituir el clúster minero sureño el bajo costo de la energía sería una de las mayores ventajas comparativas con respecto a —por ejemplo— Chile. La construcción del Gaseoducto Sur Andino y la puesta en marcha del Nodo Energético entre Mollendo e Ilo harían que bajen los costos de energía y el proyecto resulte atractivo para las inversiones. Otra ventaja que ofrece el futuro clúster minero sureño es que tendría dos puertos, Ilo y Matarani. Hoy, desde ambos puertos se exporta el 46% del cobre que el Perú destina al mundo. Sin embargo, debemos señalar que Arequipa tiene una ventaja en relación a Moquegua y Tacna, ya que posee el segundo puerto más importante del país, Matarani, y cuya ampliación (300 millones de dólares de inversión) recibe la carga de los proyectos Las Bambas, Cerro Verde y Antapaccay.

Pero el clúster no sería posible si no existieran probadas reservas de minerales. En Arequipa hay una inversión pendiente de proyectos mineros que representan 9,450 millones de dólares; en tanto que en Moquegua es de 5,320 millones. Además, entre Arequipa, Tacna, Moquegua y Cusco tienen reservas probadas de cobre por 55.92 millones de toneladas métricas finas (TMF); y tres regiones (Arequipa, Apurímac y Cusco) poseen reservas de oro por 233.13 TMF. En Apurímac se ubica el 30% de proyectos del país, en tanto que en Arequipa el 15%.

Las condiciones para que el nuevo gobierno impulse un clúster minero están allí. Solo depende de la voluntad política y de la muñeca para dominar el radicalismo que desde la izquierda pretende liquidar a la minería moderna. De lograrse tamaña iniciativa, el Perú consolidaría la minería como un motor de crecimiento para evitar lo que en economía se denomina “la trampa de los ingresos medios”.