El ejemplo del sector agrario

Según una reciente publicación del Comité de Comercio Exterior (Comex), durante el periodo comprendido entre enero y setiembre del presente año 2017, el total de intercambio comercial con la Unión Europea (UE) llegó a alcanzar los US$ 8,362 millones, cifra que significa un incremento del 17% respecto al mismo periodo del año 2016. En ese mismo periodo, el sector agroindustrial logró exportar por un valor de US$ 1,264 millones, cifra que representa un incremento del 5.3% con respecto al mismo periodo del año 2016. Y es la palta el principal producto de exportación, que alcanza la suma de US$ 355 millones, que equivale a un incremento del 23.3%.

Por las proyecciones económicas que se manejan, se espera que el año 2017 el sector agroindustrial culmine con ese mismo dinamismo. El informe de Comex destaca un incremento acumulado del 44.8 % entre el 2013 y el 2016. Las cifras muestran otro detalle: la UE ocupa el tercer lugar de nuestras exportaciones agroindustriales, después de China y Estados Unidos. Vale anotar que estas estupendas cifras son consecuencia del Acuerdo Comercial Perú - Unión Europea que entró en vigencia el 1 de marzo del año 2013.

La situación en el sector agrario podría estar muchísimo mejor si el Plan de Reconstrucción del Agro, emprendido por el Ministerio de Agricultura (Minagri), tuviera el mismo dinamismo que ha demostrado el sector agroindustrial. Según ha informado el Minagri, por el momento se han destinado S/ 6,500 millones para las tareas de reconstrucción en las regiones afectadas por El Niño costero, obras todavía atrasadas que comprenden encauzamientos de ríos y quebradas, infraestructura hidráulica, protección de cuencas y recuperación de áreas de cultivo afectadas por los desbordes e inundaciones.

El país debe saber que el buen desempeño agrario —que ofrece estos excelentes resultados— es consecuencia directa de la Ley N° 27630, Ley de Promoción Agraria, que fue promulgada en el año 2000 y cuya vigencia expira el año 2021. Una ley que ha permitido dinamizar el sector agrario como nunca antes en la historia del país. Esta ley ha hecho, además, que la producción nacional cumpla estrictamente con los estándares internacionales, de muy alta calidad, y por eso hoy alcanza mercados internacionales tan exigentes como el norteamericano y europeo.

Las cuerdas entre la política y la economía, entonces, no pueden seguir separadas. El Legislativo no puede seguir deteniendo no solo la ampliación del plazo de la Ley N° 27630 sino además postergando un debate nacional para permitir que la mencionada ley se convierta en la base de la reforma laboral que demanda con urgencia el país.

El crecimiento agroexportador —como nunca antes en la historia republicana— representa ahora más de un quinto de las exportaciones totales. Los 17 tratados de libre comercio que el Perú suscribió con diversos países han permitido exportar una diversificada relación de productos agroindustriales que demanda mayores puestos de trabajo y que permite salir de pobreza a diversos sectores de la población. El crecimiento del sector agrario, por lo tanto, ha permitido el nacimiento de un empresariado popular, emergente y poderoso que contribuye a la expansión de la clase media en el Perú.

La izquierda antisistema y las propuestas estatistas en el país demonizan el régimen laboral agrario y no permiten que se amplíe más allá del 2021. No se entiende, entonces, cómo la legislación laboral agraria, que ha demostrado largamente su competitividad, no se replica en las áreas productivas que correspondan del país.