Después de Quellaveco, ¡no hay nuevas inversiones mineras!

El presidente de la Sociedad Nacional de Minería y Petróleo (SNMP), Raúl Jacob, aseveró que si bien en este año la inversión minera seguirá creciendo por el efecto de Quellaveco, luego de este emprendimiento no existen proyectos mineros de igual magnitud, tal como solía suceder en años anteriores.

En efecto, el curso de la inversión minera en el país se solía caracterizar por la entrada de inversiones de enormes montos, que catapultaron al Perú a ubicarse como el segundo productor mundial de cobre, como sexto productor mundial de oro y tercer productor mundial de plata, entre otros logros. Semejantes posicionamientos se alcanzaron por la confianza de los inversionistas con respecto a las políticas públicas del Estado. Después de los anuncios del actual Ejecutivo acerca de promover una asamblea constituyente y fomentar nacionalizaciones, esa confianza se perdió.

Según la SNMP, la inversión minera en los primeros meses de este año sumó US$ 2,781 millones y se incrementó en 8.1% con respecto al periodo similar del año pasado. Del total de la inversión del 2022, el emprendimiento de Quellaveco representó el 28.4% de la inversión minera total (US$ 739 millones). Sin embargo, para los próximos meses y años no existirán nuevas inversiones. La única explicación: el Gobierno de Pedro Castillo y sus cuatro gabinetes han quebrado la confianza en los inversores mundiales.

Semejantes tendencias negativas se presentan a pesar de la inmejorable situación mundial con respecto a las actividades mineras. Por ejemplo, la Agencia Internacional de la Energía de la OCDE ha planteado que la demanda mundial de cobre podría duplicarse en las próximas dos décadas, a medida que la economía planetaria integre mayores proporciones de energías renovables y sistemas de electrificación. El cobre, entonces, es un metal con mucho futuro: servirá para fabricar baterías, cables, motores y otras herramientas para la economía.

Por si lo hemos olvidado, el Perú es el tercer país con mayores reservas de cobre del planeta. En primer lugar está Chile con el 22%, Australia con el 11% y nuestro país con el 10%. Destruir la confianza de los inversionistas mundiales en las políticas públicas del Estado, pues, es destruir el futuro del país. Es negarle a los pobres y a las provincias del interior la posibilidad de seguir creciendo y reduciendo la pobreza como nunca antes en la historia nacional.

Otro de los grandes problemas –al lado de la destrucción de la confianza en las políticas públicas– es el abandono del principio de autoridad en las zonas mineras y el empoderamiento de las minorías radicales. En las áreas mineras es muy difícil sostener que existe Estado de derecho. El mejor ejemplo de esta situación es el asalto de Las Bambas, una de las diez minas de cobre más grande del mundo, por unas decenas de violentistas que se han dedicado a desarrollar minería ilegal en uno de los tajos que se debe comenzar a explotar para mantener los niveles de producción.

En este contexto social y político, ¿qué nueva empresa se va a atrever a invertir en el Perú? Una situación extremadamente grave porque la minería suma el 60% de las exportaciones, el 10% del PBI y el 12% de las inversiones privadas. Igualmente vale señalar que las empresas mineras emplean alrededor de 200,000 trabajadores de manera directa, mientras que los empleos indirectos que genera superan los 1.2 millones. Y si consideramos que las familias de los trabajadores suman más de 4.3 millones de personas, de una u otra manera estamos hablando de que más de 5.5 millones se benefician de la minería.

¿Cómo entonces alguien se puede oponer a la minería para detener y ahuyentar nuevas inversiones? ¡Increíble!