¿Cómo va Tía María?

Proyecto minero sigue a pesar del radicalismo antiminero

No obstante la situación adversa por la que transita la economía nacional, ha llegado una buena noticia. En los últimos días los altos funcionarios de la empresa Southern Perú han reiterado que tienen la “voluntad” de desarrollar el proyecto minero Tía María en la provincia de Islay (Arequipa). ¿Por qué sostenemos que es una grata noticia que el proyecto Tía María esté aún latente? Por una sencilla razón: la minería moderna es uno de los principales motores de la economía nacional, que aporta el 60% de las divisas que entran al Perú. En el 2016 —para poner un ejemplo cercano— contribuyó al 60% del Producto Bruto Interno (PBI).

De desarrollarse Tía María, cuya inversión es de US$ 1,450 millones, los beneficios directos e indirectos impactarían de forma inmediata en nuestra economía. Solo en la primera etapa de construcción se crearían alrededor de 3,500 puestos de trabajo en la zona, con derechos sociales y laborales. A ello debemos sumar que se generaría un círculo virtuoso económico desde Islay hasta la ciudad de Arequipa.

A pesar de los engaños y falsas narrativas del movimiento antiminero local, la empresa concesionaria de Tía María, Southern, ha desarrollado una ofensiva social que ya deja ver sus frutos. Meses atrás la compañía minera lanzó una estrategia llamada Plan Reencuentro, con el objetivo de informar sobre los beneficios del desarrollo de proyecto minero y de acercarse a la población. El Plan Reencuentro ha actuado en dos sectores definidos: salud y la agricultura.

En salud, junto al gobierno regional de Arequipa, ha creado los denominados Comités Locales de Administración de Salud (CLAS), que atiende a la población de los distritos de Punta Bombón, Cocachacra y Deán Valdivia las 24 horas del día. Se ha mejorado la atención de la salud a toda la población. Si bien en un primer momento una minoría radical antiminera protestó por la puesta en marcha del programa de salud, la población empieza a sentir los beneficios directos de un futuro proyecto minero.

En tanto que en la agricultura, los agricultores seleccionados  para un programa piloto (de 3 a 27 topos) ya sienten los resultados en relación a la mejora de la productividad del arroz. De otro lado, el gobierno nacional ha anunciado la ejecución de planes de negocio para las principales cadenas productivas de la zona, a través de los programas Sierra y Selva Exportadora.

El espacio donde se disputará la continuidad del proyecto minero será las próximas elecciones para los presidentes de las tres juntas de riego que existen en la provincia de Islay (Ensenada, Mejía-Cocachacra y Deán Valdivia). Vale resaltar que las juntas de riego fueron las organizaciones más importantes en el desarrollo de las violentas protestas contra el proyecto minero. Los principales líderes antimineros han copado las direcciones y dirigencias de estas juntas de riego. El próximo mes julio serán las elecciones para elegir a los nuevos presidentes, y ya existen denuncias de que los radicales antimineros han sacado de los padrones a 400 personas con capacidad de voto. Curiosamente, muchas de estas personas son agricultores moderados que han visto en la minería moderna un aliado para mejorar la competitividad de su producción.

Existen grandes posibilidades de que Tía María salga adelante. Si ello sucede, la minería moderna saldría nuevamente al rescate del Perú.