Cae la minería en medio de superciclo de precios mundiales

La mayoría de peruanos empieza a contemplar impotente cómo el Perú, el segundo productor mundial de cobre del planeta, deja pasar un momento único para apuntalar el crecimiento y el proceso de reducción de pobreza: el nuevo superciclo de precios de los minerales, sobre todo los del cobre. La libra del metal rojo sobrepasa los US$ 4.50, un récord histórico.

Y el único responsable de esta tragedia en desarrollo es el Gobierno de Pedro Castillo, hoy influenciado por corrientes colectivistas de clara orientación anti minera y anti inversión. Por ejemplo, el Ejecutivo ante la impotencia de todos los peruanos, adrede, ha renunciado a hacer respetar la Constitución y las leyes frente a las ofensivas de las minorías radicales en el corredor vial del sur. Por ejemplo, con los bloqueos de la mina MMG-Las Bambas, según la Sociedad de Minería y Petróleo (SNMP), se pierden US$ 9.5 millones diarios. Las Bambas, una de las diez minas de cobre más grandes del planeta, ya acumula más de 260 días de paralizaciones. En el caso de la mina Cuajone de Southern Perú, se pierden S/ 8.5 millones diarios ante la impotencia de todos los peruanos.

El Ejecutivo no solo ha renunciado a ejercer la autoridad democrática, sino que también se ha propuesto empoderar a las minorías radicales, tal como lo dejó en claro la ex presidente del Consejo de Ministros, Mirtha Vásquez, quien ofreció asesoría legal a quienes ejercieron violencia en las minas del sur de Ayacucho. Así estamos.

En este contexto no solo se trata de la paralización de la producción, sino que todo el futuro de la minería peruana empieza a ser saboteado por la lógica del Gobierno de Pedro Castillo, con anuncios tales como la constituyente, la nacionalización de los recursos naturales y la renuncia a ejercer la autoridad democrática en las zonas mineras.

Por ejemplo, las inversiones mineras no recuperan los montos invertidos en el 2019 cuando sumaron US$ 6,157 millones. En el 2020 cayeron a US$ 4,325 millones por la pandemia, pero en el 2021 la recuperación apenas llegó a los US$ 5,238 millones.

No obstante que el Ministerio de Energía y Minas (Minem) proyecta que el 2022 se iniciarán siete proyectos mineros, entidades como Scotiabank señalan que la inversión minera caerá en 3%. El motivo: en medio de la incertidumbre general, las exploraciones mineras caen y cualquier nueva inversión se posterga hasta mejor momento.

Una situación más que grave, considerando la importancia de esta actividad para la economía nacional. Según el Instituto Peruano de Economía (IPE), la minería aporta el 9% del PBI, el 59% de las exportaciones, y representa el 15% de la inversión privada y 10% de los ingresos tributarios. 

Igualmente, según el IPE, la minería se expandió en 9.7% en el 2021, pero sin conflictos sociales el sector habría crecido en 12%. Es decir, se perdieron alrededor de S/. 1,500 millones.

Pero la tendencia a la baja por falta de inversiones en exploración y nuevas inversiones en general es inminente. Incluso sin conflictos sociales, de acuerdo al IPE, la minería habría crecido menos 3.5% que en el 2019 debido al agotamiento de los minerales en las minas y los yacimientos, y la imposibilidad de concretar nuevas inversiones. El IPE menciona uno de los casos emblemáticos: Yanacocha produjo 90 millones de gramos de oro en el 2005, mientras que en el 2021 apenas llegó a los 8 millones. La reducción de la producción es incuestionable.

Las cosas, pues, están demasiado claras. El segundo productor de cobre del mundo se baja del coche de los precios super precios del cobre y, en un afán inexplicable desde el sentido común, se niega a aprovechar el momento para reducir más la pobreza. El responsable: el Gobierno de Pedro Castillo.