Arte, ciencia y tecnología para el desarrollo humano

En 1876 un grupo de visionarios ingenieros polacos –Eduardo de Habich, Ladislao Folskierski, Francisco Javier Wakulski, Ladislao Kluger y Alejandro Babinski– fundaron la Escuela Especial de Ingenieros de Construcciones Civiles y de Minas de Lima. Años más tarde, con el desarrollo de otras especialidades, se convirtió en la Escuela de Ingenieros del Perú. Era el hito fundacional en la historia de una escuela politécnica de educación superior llamada a ser guía, referente y líder en ciencia y tecnología.

En 1955, ya instalados en el nuevo campus del Rímac, quienes continuaban el sueño hecho realidad que propusieron sus fundadores, marcaban el segundo gran hito de su historia al convertirse en la Universidad Nacional de Ingeniería. Escribieron estas páginas de la historia, personajes como Roberto Valverde, Fernando Belaunde, Gerardo Unger, Mario Samamé Boggio, Juan Sarmiento, Germán Pflucker, Luis Mantilla y Julio Morales. El prestigio de la UNI en carreras de ingeniería, arquitectura y ciencias era –desde entonces y hasta hoy– tan notable como reconocido e inobjetable. 

En 2022, cerca de celebrar el sesquicentenario de su fundación, se enfrenta el reto de consolidar el proceso de apertura a la universalidad del conocimiento. Los esfuerzos se dirigen a completar una industrialización trunca e insuficiente y al mismo tiempo, abordar el ineludible proceso de digitalización en el mundo del siglo xxi.

Para tal labor, los mejores hijos de esta noble institución acuden al llamado, junto a profesionales exitosos de otras procedencias que se unen virtuosamente al proyecto cuyos resultados iniciales vienen de presentarse hace unas horas: el relanzamiento de la Escuela Central de Posgrado en la Universidad Nacional de Ingeniería, con siete diplomados (que inician en marzo del 2022) y siete futuras maestrías (por tramitar ante SUNEDU) que marcarán la pauta de ese gran salto tecnológico, científico y humano para el que estamos siendo convocados.

Se han definido seis grandes temáticas: a) Estudios Urbanos; b) Logística y Supermercadismo; c) Microfinanzas e Inclusión Financiera; d) Administración y Dirección; e) Transformación Digital, f) Educación y Desarrollo. Estas grandes temáticas se agregan a la propuesta educativa que realiza la UNI en sus facultades, en temas que son propios para cada una de ellas. Si quisiéramos resumir la orientación que marcan estas nuevas temáticas, diríamos que se trata de “Artes y Ciencias de la Gestión”.

Se tiene tres ejes transversales que consolidan esta propuesta como una unidad: 1) Multidisciplinariedad, pues en todos los casos debemos recurrir a diversas disciplinas, tanto aquellas que se cultivan en las facultades al interior de la UNI, como otras que encontramos en otras instituciones; 2) Transformación digital, pues si bien el tema de desarrollo tecnológico digital sigue siendo cuestión de expertos altamente especializados, los aplicativos que provienen de este desarrollo se han expandido ineludiblemente a todo sector económico y a toda actividad humana; 3) Investigación-acción, porque se privilegia el abordaje de problemas del mundo real, cuyo diagnóstico, posible intervención y eventual ejecución, harán parte de las labores de investigación a desarrollar precisamente bajo el enfoque investigación-acción.

Reza la idea-fuerza que anima el despliegue de recursos, talentos y acciones en este proyecto hecho realidad: “Arte, Ciencia y Tecnología para el desarrollo humano”. Se aspira entonces a llevar adelante una gestión eficaz en la que el planeamiento, la acción y el propósito logren transformar épicamente la gestión en gesta, haciendo historia.     

Muchas veces hemos escuchado que en nuestro Perú sobran los diagnósticos, pero escasean las realizaciones. Abundan los observadores, pero languidecemos por la carencia de hacedores. En el Perú y el mundo, siempre es más fácil decir que hacer. Quien hace suele ser exitoso. Los egresados de la UNI se caracterizan por expresarse mediante acciones y realizaciones. Es su esencia.