Editorial Política

Sigue la ofensiva antiminera en el sur

No obstante que iniciativas privadas reducen la pobreza

Sigue la ofensiva antiminera en el sur
  • 06 de julio del 2018

 

El llamado corredor minero del sur, en donde se concentra el 60% de producción de cobre del país, está desprotegido por el Estado. El radicalismo antisistema constantemente organiza eventos para confundir a la población y azuzarlos en contra de la minería. Desarrolla, por ejemplo, talleres de comunicación dirigidos a los líderes de las organizaciones sociales y comunales de Cusco, Apurímac y Puno, con el fin de enseñar a los asistentes cómo denunciar supuestas violaciones a los derechos humanos y ambientales. Una especie de adoctrinamiento bien “caleta”, de manera que la puntería alcance y dañe las buenas relaciones existentes entre las compañías mineras y la población.

Por más que las exportaciones de cobre, oro y zinc siguen siendo el 60% del total de las exportaciones peruanas, el presidente Martín Vizcarra considera que el sector minero “no es prioridad”. ¿Cómo puede no ser prioridad si —según la Asociación de Exportadores (Adex)— entre enero y mayo del presente año tales exportaciones alcanzaron los US$ 19,511 millones, 17.8% más respecto al mismo periodo del año pasado? ¿Cómo puede no ser prioridad si las inversiones mineras han crecido 34.4%, en los primeros cinco meses del año, según el Ministerio de Energía y Minas (MEM)? Además se ha invertido un total de US$ 1,570 millones en plantas de procesamiento de minerales en Marcona y Toquepala, y las empresas están comprando nuevos equipos y maquinarias.

No se entiende la lógica del jefe del Ejecutivo. ¿No es Perú un país de enorme tradición minera que, además, se debe preservar por los resultados positivos que le ofrece a la economía, a la reducción notable de la pobreza y a la caída de los índices de desempleo en los lugares donde desarrolla sus actividades?

Además, el aporte de la minería es notable en obras que favorecen directamente a la población. Por ejemplo, el año pasado, el Fondo Social desarrolló 1,122 iniciativas, por un monto total de S/1,641 millones. Según el MEM, tales iniciativas estuvieron destinadas a capacitación, infraestructura, servicios básicos, atención humanitaria y financiamiento de proyectos con fines de empleo productivo en las zonas de influencia minera.

Para el movimiento antiminero sí es prioridad el corredor minero del sur. En Arequipa intentan seguir postergando la entrega de la licencia de construcción del proyecto Tía María. El Ejecutivo pisa el palito y en un año el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) que obtuvo la minera Southern en 2014 quedará sin efecto. La minera tendrá que volver a elaborar y a gestionar un nuevo EIA.

En Cusco, la mina Constancia es permanentemente hostigada por la militancia antiminera que, prácticamente, está acuartelada en la zona. En estos días sigue organizando a supuestos mineros artesanales, con el cuento de la realización de “actividades ancestrales” en contra de la gran minería. El objetivo es tomar posesión de terrenos de la minera Hudbay para crear conflictos y desacuerdos entre la minera y los supuestos mineros artesanales.

La estrategia antisistema, que incluye manifestaciones y paros violentos, se completa con quienes han sido entrenados en “comunicaciones en el contexto minero”. Ellos inventarán relatos relacionados falsamente con la contaminación y la violación de los derechos humanos. Mientras tanto, Vizcarra y el presidente del Consejo de Ministros, César Villanueva, ni siquiera miran de reojo al sector económico más importante el país.

La minería moderna y responsable, por sí sola, desarrolla sus operaciones de acuerdo a los estándares ambientales internacionales. Es escrupulosa con las leyes nacionales y, por iniciativa propia, firma convenios de cooperación con los presidentes de las comunidades. Por ejemplo, en Chumbivilcas la minera Hudbay participa de numerosos proyectos relacionados con la educación, salud, medio ambiente, capacitación comunal e inversiones productivas de los comuneros, como crianza de vicuñas y producción lanar. En los distritos de Livitaca, Velille y Chamaca, Hudbay entregó maquinaria y equipos agrícolas para expandir las actividades agrarias de los pobladores. Con todo ese esfuerzo desplegado, según el Mapa de Pobreza Provincial y Distrital, en Chumbivilcas la pobreza se redujo en 30% entre el 2009 y 2013.

Y entre tantas otras iniciativas favorables para la población, Hudbay ha invertido S/ 88 millones —mediante el mecanismo Obras por Impuestos (OxI)— en la construcción de un hospital de acuerdo al Programa Nacional de Inversiones en Salud (Pronis), dependiente del Ministerio de Salud (Minsa). Un hospital que será parte de las Redes Integradas de Atención Primaria de Salud y que brindará toda clase de servicios médicos preventivos y hospitalarios. Queda claro, entonces, que la actividad minera si es de alta prioridad en los Andes peruanos.

 

  • 06 de julio del 2018

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