Editorial Política

¡Ofensiva antimercado contra industria láctea!

Nuevo populismo en supuesta defensa del consumidor

¡Ofensiva antimercado contra industria láctea!
  • 12 de junio del 2017

Nuevo populismo en supuesta defensa del consumidor

La semana pasada los mismos sectores que dicen defender el medio ambiente como estrategia para bloquear las inversiones mineras, los mismos sectores que plantean “la cuestión de género” para impulsar las estratagemas de izquierda, pretendieron erigirse en los campeones de la defensa del consumidor. Pero no solo lo pretendieron, sino que llevaron de las narices a los políticos, a la Defensoría del Pueblo, al Gabinete Zavala y a sus ministros, y a un puñado de congresistas, en contra de la industria láctea del Perú.

El producto Pura Vida tenía una etiqueta según las disposiciones y regulaciones establecidas en Digesa e Indecopi en el Perú. El producto no ingresó a Panamá porque la denominación “leche evaporada” no correspondía a la legislación del país centroamericano: solo 60% de leche. La decisión panameña que buscaba favorecer a sus productores ganaderos —porque les quebraba el mercado— en el acto desató una ofensiva izquierdista antimercado que pretendía señalar que en la etiqueta cuestionada había “publicidad engañosa”. La Defensoría se montó en el tema sin esperar que las instituciones correspondientes resolvieran de acuerdo a ley y la Constitución. Y el Gabinete Zavala, enflaquecido por la pérdida de aprobación, asumió los criterios del Frente Amplio y muchos congresistas se tomaron la foto con la oleada populista.

Al Estado peruano no le interesó decir nada frente una medida proteccionista del Estado panameño. Imaginemos al Estado chileno sacando el cuerpo en asuntos vinculados a Ripley y Saga. ¡Imposible! Así están las relaciones entre el Estado, el mercado y la inversión privada en el Perú. Luego nos quejamos de la caída de la inversión privada.

Si bien la etiqueta de Pura Vida estaba de acuerdo a las regulaciones de Digesa —que ahora ha decidido retirar el registro sanitario porque “se introdujo elementos distintos al producto”— y de Indecopi, es evidente que el mencionado rotulado puede ser cuestionado porque finalmente no era leche, sino un producto lácteo. Es el clásico problema de todas las corporaciones del mundo que, en ocasiones, suelen sacrificar el planeamiento estratégico por el marketing que busca expandir las ventas del producto. En el Perú ese tipo de fallas de mercado se resuelven con multas y el cambio de etiqueta.

Sin embargo el caso Pura Vida desató un verdadero festival populista, proteccionista y estatista. La izquierda, por ejemplo, nos vendió una subliminal idea: que la defensa del consumidor se desarrolla en contra de las empresas. Sin embargo la historia nos enseña que no hay consumidor sin mercado ni empresas privadas. Allí donde no hay empresa privada y el Estado provee servicios, solo hay esclavos de los productos que se distribuyen o se venden. Igualmente, los ganaderos plantearon abiertamente una medida proteccionista y mercantilista, digna del régimen chavista: prohibir la importación de leche en polvo. El objetivo: fortalecer coaliciones mercantiles, disparar el precio de la leche y que el consumidor pague.   

De otro lado, la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (Aspec) recién se enteraba de que la etiqueta de Pura Vida había sido autorizada por Digesa y que estaba de acuerdo a las regulaciones de Indecopi y, en el acto, denunció veinte productos lácteos que incurren en “publicidad engañosa”; y también cuestionó el uso de la carregenina, no obstante que es un aditivo permitido por el Codex Alimentario y la Oficina de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA). ¿Aspec se ha convertido en defensora del mercantilismo que se opone a la importación de leche en polvo? Si es así, este organismo es el peor enemigo de los consumidores, quienes pagarían mucho más por la leche.

La irresponsabilidad política del gobierno con el mercado y el sector privado, de una u otra manera, podría tener efectos sobre la floreciente industria láctea del Perú, que ha prosperado especialmente en las últimas décadas. Entre el 2000 y el 2015 el desarrollo de esta industria ha permitido que la producción de leche se incrementara en 100%. En cuanto al consumo de leche y derivados, la expansión ha sido del orden del 127%. Semejantes números explican la agresividad de esta industria, que ha logrado incursionar en mercados de sesenta países. Pero eso no es todo: el sector lácteo explica la existencia de 30,000 ganaderos a nivel nacional y, en el sector industrial, los puestos de trabajo creados sobrepasan los 15,000.

Como se aprecia, al igual que la ofensiva desatada contra el sector minero y gasífero, contra las inversiones en recursos naturales, contra las inversiones en infraestructuras a través de asociaciones público privadas y obras por impuestos, y contra la inversión privada en educación, la izquierda hoy se disfraza y pretende erigirse en campeona de los consumidores. Quizá vale recordar que en los países de la ex Unión Soviética, en los estados chavistas y en general en las sociedades estatistas, no existen consumidores sino desesperados que se arranchan el papel higiénico.

  • 12 de junio del 2017

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