Editorial Política

Los desafíos de Martín Vizcarra

Los retos del nuevo jefe de Estado

Los desafíos de Martín Vizcarra
  • 22 de marzo del 2018

 

Luego de la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski a la Presidencia de la República, la línea de sucesión republicana establecida en la Carta Política debe efectivizarse y el primer vicepresidente, Martín Vizcarra, debe convertirse en jefe de Estado. En este contexto, los retos de Vizcarra son gigantescos y quizá el principal sea evitar los increíbles yerros que cometió el ex presidente Kuczynski

El principal error de la administración PPK fue creer que se puede gobernar con una coalición mediática y desdeñar las alianzas y los pactos con los partidos del Legislativo. Ninguna experiencia democrática ha sobrevivido a esta idea, ni ninguna tradición política o disciplina política aconseja algo parecido. En las experiencias de gobierno dividido —en que la soberanía se distribuye por igual entre Ejecutivo y Legislativo— la obligación de pactar entre los poderes no solo emana del voto popular y el mandato constitucional, sino del simple sentido común.

En el Perú la llamada izquierda caviar, protagonista principal en los gobiernos de Alejandro Toledo y Ollanta Humala, también escribió el libreto de los dos primeros años de la administración de PPK: se intentó gobernar sin o en contra de la mayoría legislativa. El resultado: la peor polarización política Ejecutivo - Legislativo de la reciente historia. Lo que, sumado al caso Lava Jato, desencadenó la renuncia de PPK.

El principal desafió de Vizcarra entonces es restablecer los fueros de la política y dejar de escuchar a los aventureros que colgados de columnas de opinión, de las ONG o de ciertas páginas web pretenden reemplazar a los pactos y acuerdos con los partidos políticos, que suceden en todas las democracias occidentales. A partir de esta apuesta, el nuevo jefe de Estado debería convocar a un Gabinete de Unidad Nacional, en consulta con los principales partidos políticos del Legislativo. En otras palabras, formar una especie de gabinete conversado que restablezca los puentes entre Ejecutivo y Legislativo, que fueron dinamitados durante la administración PPK.

Pero no solo se trata de restablecer los fueros de la política. La guerra política desatada alrededor del caso Lava Jato y la judicialización de las relaciones entre el oficialismo y la oposición, sumados a la crisis de gobernabilidad con la segunda moción de vacancia y renuncia presidencial, simplemente postergaron a último lugar las preocupaciones económicas.

El crecimiento económico inferior al 3% del PBI, el aumento del déficit fiscal, el incremento de la deuda pública, la caída de la recaudación y el sostenido descenso de la inversión privada, configuran un escenario terrible para nuestra economía, no obstante las inmejorables condiciones internacionales y el incremento del precio de los commodities.

Está de más recordar que un crecimiento menor al 4% no permite seguir reduciendo pobreza, y que volver a ser una sociedad que aumenta este flagelo social es una manera de servirle la mesa a las propuestas antisistema en el 2021.

Por todas estas consideraciones, el presidente Vizcarra debería presentar un paquete de reformas económicas sociales a las fuerzas de la oposición en el Legislativo, de manera que su Gobierno marque la cancha: la reforma laboral, la reforma de las instituciones y del Poder Judicial, las reformas educativa y de salud y la solución de los problemas de infraestructuras. Poner el Perú en modo de reformas posibilitará que la inversión privada (y también pública) vuelva a despegar.

Si el nuevo jefe de Estado asume esta actitud no solo le devolverá gobernabilidad a nuestra herida democracia, sino que el milagro económico que alguna vez representó la economía peruana volverá a desarrollar velocidad de crucero.

En cualquier caso, no solo estamos reflexionando sobre los desafíos de Vizcarra, sino de todas las fuerzas políticas de la oposición. Si salimos bien librados de la presente crisis de gobernabilidad, la democracia peruana —que avanza hacia su quinta elección nacional sin interrupciones— empezará a adquirir la mayoría de edad. A veces cuando la noche es más negra, más cerca está el amanecer.

 

  • 22 de marzo del 2018

NOTICIAS RELACIONADAS >

Efectivamente, ¡el Perú puede ser una potencia mundial!

Editorial Política

Efectivamente, ¡el Perú puede ser una potencia mundial!

  En una entrevista desarrollada en este portal, el economista C...

23 de abril
Los comandos Chavín de Huántar y la construcción del Estado de derecho

Editorial Política

Los comandos Chavín de Huántar y la construcción del Estado de derecho

  El 22 de abril de 1997 se desarrolló la operació...

22 de abril
El Congreso aumenta poder, pero pierde el rumbo

Editorial Política

El Congreso aumenta poder, pero pierde el rumbo

  Luego de la ola informativa alrededor de los Rolex que utiliza...

15 de abril

COMENTARIOS