Editorial Política

La convergencia nacional que se aleja

La convergencia nacional que se aleja
  • 18 de mayo del 2016

El fragor electoral está rompiendo los puentes entre FP y PPK

Después de los resultados de la primera vuelta —en la que más del 70% del electorado votó a favor de propuestas promercado y en contra del plan estatista del Frente Amplio— muchos consideraron que se había evitado una segunda vuelta que reprodujera la confrontación y el encono de los balotajes del 2006 y del 2011. Se equivocaban de cabo a rabo. La fallida denuncia de Cuarto Poder en contra de Keiko Fujimori ha elevado la polarización a niveles impensados y, a estas alturas, vale preguntarse sobre los puentes que todavía restan entre el fujimorismo y el pepekausismo, las dos principales fuerzas políticas del país.

A nuestro entender los resultados de primera vuelta establecían un mandato electoral: los electores estaban planteando convergencias y acuerdos. El pronunciamiento de los ciudadanos entonces le decía a los políticos que se debía priorizar los consensos antes que los disensos. En los quince años de democracia post-Fujimori la polarización en el espacio público se impuso sobre los acuerdos.

Si bien el fujimorismo había alcanzado la mayoría absoluta del Congreso requería de un acuerdo con el pepekausismo para otorgar gobernabilidad a las instituciones. De lo contrario, la confrontación política y social podía caracterizar el inicio de una eventual administración naranja. Y en el caso del pepekausismo, era imposible gobernar sin acuerdo con la mayoría legislativa del país. En cualquier situación, pues, se imponía la convergencia.

Sin embargo el desarrollo de las estrategias de la campaña electoral empiezan a devorarse las posibilidades de convergencia. En la base de esta situación, de alguna manera, está la eterna improvisación en política. La ausencia de instituciones partidarias, estados mayores y colectividades políticas, deja los asuntos electorales a los marketeros y “politólogos”, y todos comenzamos a olvidar que no solo estamos eligiendo a un jefe de Estado sino también un sistema de gobernabilidad.

Si tuviéramos que identificar una de las causas principales del deterioro del sistema político, las instituciones y la política, sin lugar a dudas, habría que señalar la ausencia de acuerdos y convergencias. Semejante situación no solo desarrolla una mala política y deteriora las instituciones, sino que es el principal dique en contra de las reformas que nos permitan retomar tasas altas de crecimiento para seguir reduciendo la pobreza.

Un solo ejemplo bastaría para demostrar la justeza de nuestras aproximaciones. A nuestro parecer en el fujimorismo y en el pepekausismo se comprende a cabalidad la importancia de la necesidad de impulsar una reforma laboral integral para agregar competitividad a la economía peruana. En las tiendas naranjas está el origen de la ley de promoción agraria, que ha permitido la formalización de grandes sectores de los trabajadores del campo y la emergencia de una clase media agraria. Sin embargo, por simple cálculo electoral, el fujimorismo se ha inclinado por la demagogia y el populismo en el asunto. Algo parecido sucede en el pepekausismo cuando retrocede a tontas y locas en su interesante propuesta del seguro de desempleo.

¿Qué sucedería si en cuanto al tema laboral existiese una especie de acuerdo nacional? Quizá la intensidad de una campaña electoral no relativizaría convicciones ni inclinaría a nadie al populismo fácil, porque todos los actores políticos estarían comprometidos con un pacto, excepto quienes se excluyen voluntariamente de los acuerdos.

La posibilidad de que la polarización derribe los últimos puentes entre las dos principales fuerzas políticas entonces es una muy mala noticia. El patriarca Luis Bedoya Reyes, con los años acumulados y la sapiencia política que lo caracteriza, ha alertado sobre los peligros de la pura confrontación para la gobernabilidad. Siempre vale recordar que, en la segunda vuelta, no solo elegimos al presidente sino a la viabilidad de la propia democracia.

 
  • 18 de mayo del 2016

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