Heladas y friaje siguen cobrando víctimas

Dos semanas atrás, el Ministerio de Salud (Minsa) confirmó la muerte de más 600 personas por neumonía en los departamentos de Cusco, Apurímac, Ayacucho, Arequipa, Huánuco, Huancavelica, Junín, Moquegua, Pasco, Puno y Tacna. Sin embargo, de acuerdo al Plan Multisectorial ante Heladas y Friaje 2018 —elaborado por el Viceministerio de Gobernanza Territorial— el país no debería lamentar ninguna muerte relacionada con las bajas temperaturas. Con el mencionado Plan, las autoridades debieron haber intervenido con antelación en 257 distritos expuestos a las heladas y al friaje.

No es la primera vez que el Estado ejecuta un plan para paliar los efectos del invierno. Las bajas temperaturas suceden todos los años, y las deficiencias y los errores anteriores deben servir para mejorar la gestión pública. Para este año el Gobierno destinó casi S/ 4 millones para el diagnóstico y tratamiento de infecciones respiratorias agudas, vacunas contra la neumonía y desplazamiento de personal de salud en las zonas afectadas por el frío intenso.

El Ejecutivo, con el presidente Martín Vizcarra a la cabeza, debió organizar una movilización general del Estado peruano para enfrentar la ola de heladas y friaje que azota al país, y que afecta principalmente a niños y ancianos. El presidente y el primer ministro, César Villanueva, debieron dirigir una amplia convocatoria buscando el apoyo de los gobiernos regionales, del sector privado y de la ciudadanía en favor de los más pobres.

Por el considerable número de personas fallecidas, resulta obvio que no sirvieron de nada las cocinas mejoradas, los bidones con grifo y las teteras que entrega el Ejecutivo por intermedio de sus distintos programas sociales. El gasto ha sido inútil. Es por eso que no basta con elaborar meticulosamente proyectos como, por ejemplo, el denominado Mi Abrigo si no se evalúa su eficacia. Es decir, si no se evalúa su alcance y resultados en cada poblado, si no hay una manera de medir los resultados.

El programa Reducción de Vulnerabilidad y Atención de Emergencias por Desastres, que entrega kits de abrigo y que cuenta con un presupuesto de casi S/ 10 millones, ha fracasado. Debió entregar los kits en 143 distritos de los 157 considerados en el Plan Multisectorial. El escandaloso número se fallecidos es el resultado de una pésima e indolente gestión. ¿Qué han hecho Cuna Más, Qali Warma, Juntos, Pensión 65 y Contigo —programas administrados por el Ministerio de Inclusión Social (Midis)— para prevenir y auxiliar a esas 600 familias reportadas como fallecidas por el Minsa?

Lo cierto es que, en momentos de urgencia, el Estado nunca ofrece ayuda idónea e inmediata. El país entero está abandonado a su suerte. La triste y lenta reconstrucción del norte, afectado por el fenómeno de El Niño costero del año pasado, es una muestra reciente. Sabemos que las direcciones regionales de salud no ejecutaron los planes de vacunación. Un reporte de la oficina de Epidemiología de la Dirección Regional de Salud de Puno indica un incremento de 50% de casos de neumonía e infecciones respiratorias. Hasta la semana pasada fueron 36,899 casos. Y según ha denunciado el congresista Alberto Quintanilla, los pobladores de Puno viajan a Bolivia en busca de atención médica.

Según el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) de Huancavelica, unas 29,000 personas están siendo afectadas severamente por las heladas. El director de Competitividad Agraria de Junín, Juan Palacios, ha confirmado que el 22% del ganado de 18 distritos presenta cuadros de neumonía. En Junín y Yauli, el 100%. En Jauja, Chupaca, Tarma y Huancayo, el 50%. Debido a los retrasos administrativos, los 800 kits veterinarios (vitaminas y sales minerales) recién están siendo repartidos.

Frente a la desgracia, el primer Villanueva recién anuncia que los ministros de Estado se trasladarán a las zonas afectadas. Y la Contraloría auditará la entrega de los kits de abrigo. ¿Acaso todo eso no lo debieron hacer antes?