Editorial Política

¿El ocaso de Nadine?

¿El ocaso de Nadine?
  • 15 de julio del 2014

Sobre el primer motín nacionalista que enfrenta la primera dama.

La candidatura de Ana María Solórzano a la Presidencia del Congreso ha puesto en entredicho la autoridad de Nadine Heredia ante la bancada nacionalista y, de pronto, un estilo político basado en la autoridad omnímoda y discrecional de la lideresa parece resquebrajarse. La legisladora nacionalista Esther Saavedra se detuvo y habló fuerte: “No vamos a agachar la cabeza ante una persona que no ha sido elegida por el pueblo”.

Más claro no se pueden decir las cosas. Y es que la candidatura de Solórzano a todas luces es una imposición de Heredia, porque se conoce que 22 de los 42 parlamentarios de la bancada nacionalista respaldaron la postulación de Marisol Espinoza, pero apareció la lideresa imponiendo sus criterios. Sin embargo, todo indica que hay hartazgo con este estilo.

El asunto no queda allí. No solo se trata de una rebelión interna sino que la posición de Perú Posible negándose a aceptar a la candidata de Nadine a la presidencia del Legislativo revela que la Primera Dama atraviesa su peor momento político. ¿Qué ha pasado con la influencia de un personaje que nombraba ministros, prendía y apagaba las luces a los titulares de carteras ministeriales y hacía y deshacía en la bancada nacionalista? La respuesta es simple: la caída de su popularidad y la inviabilidad política de su candidatura presidencial en el 2016 son las fuentes del actual desorden.

Uno de los problemas de los estilos autoritarios en política es que representan las antípodas de las colectividades y proyectos partidarios. La organización solo se aglutina detrás de la fuerza o el poder político del líder. Cuando el jefe partidario se debilita el intento organizativo se difumina. Como no hay programa, no hay identidades ideológicas o políticas, la organización entra en crisis con la crisis del jefe partidario. Los hechos nos sugieren que eso pasa hoy con la influencia de Nadine Heredia.

Más allá de que solo se trate de amagues de rebelión en la bancada nacionalista es evidente que después de que el Congreso le negara en primera votación la confianza al Gabinete Cornejo (en segunda votación le otorgaría la investidura), por las intromisiones políticas de la Primera Dama, la estrella de Nadine comenzó a apagarse. Era una luz que brillaba en la medida que los parlamentarios nacionalistas la veían como la locomotora política que los llevaría a la reelección.

El equipo palaciego no leyó correctamente el mensaje del Legislativo y Nadine Heredia continúo actuando como si nada pasara. Las consecuencias empiezan a notarse como una cordillera. La Primera Dama demostró con sus persistencias que honraba a su juventud en política y, tarde o temprano, estas cosas iban a suceder.

Ahora bien, a diferencia del tiempo, en la política casi nunca es tarde cuando de rectificar se trata. Quizá lo mejor que le podría pasar a Heredia es que aceptara ser derrotada en la bancada parlamentaria con el objeto de mantener la unidad del nacionalismo y, mediante esa unidad, preservar la gobernabilidad del régimen. No solo estaríamos ante un esbozo de institucionalización del Partido Nacionalista, sino que surgiría una Nadine Heredia renovada, humilde, capaz de aceptar que los jóvenes llegan a la política para aprender.

Si la Primera Dama acepta que el poder ensoberbece y que la política en democracia implica mandar y obedecer, entonces, cualquier estilo autoritario habrá desaparecido, cualquier evocación de la luz verde de Pedro Cateriano quedará en el olvido. Y una Nadine Heredia con perfil democrático, alejada de los sueños adolescentes de la reelección conyugal, es una figura enorme para el 2016, porque tiene todas las características de los grandes líderes: inteligencia, carisma y arraigo popular. Sin embargo, para transitar ese camino necesita construir una colectividad, bajar de las alturas de Palacio al territorio llano de la democracia partidaria, de las colectividades donde se ordena y se acata.

  • 15 de julio del 2014

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