Editorial Política

¿Ejecutivo y Legislativo en modo anticapitalista?

Se multiplican decisiones e iniciativas anti inversión

¿Ejecutivo y Legislativo en modo anticapitalista?
  • 30 de abril del 2018

 

Todo parece indicar que el Gabinete Villanuevas intenta presentarse el próximo 2 de mayo ante el Congreso evitando el menor nubarrón. En ese sentido, se destituyó al ex ministro de la Producción, Daniel Córdova, como se dice, al término de la distancia. Los yerros eran inaceptables. Sin embargo el Ejecutivo también parece dispuesto a sacrificarlo todo con tal de evitar la mínima turbulencia.

Por ejemplo, frente a una huelga de transportistas de carga en Piura y Tumbes, el Ejecutivo se ha comprometido a revisar las tarifas de los peajes sin reparar en que se estaba violando la regulación estatal y los contratos establecidos entre el Estado y los privados, garantizados por el derecho nacional e internacional; y sobre todo, sin reparar que volviendo “a manejar” las tarifas con criterios políticos se liquida la política de concesiones y se resucita el Estado empresario.

Pero eso no es todo. Casi paralelamente, el Gobierno suspendió el incremento tarifario de 20% para el agua que había establecido la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamientos (Sunass) para la provincia de Mariscal Nieto en Moquegua, con el objeto de consolidar inversiones y mejorar el servicio. El incrementó se basó en un estudio tarifario para el quinquenio regulatorio 2018-2022. Sin embargo, el Ejecutivo cedió ante una marcha de algunas decenas de pobladores, y cualquier idea de eficiencia en los servicios o de cancelar subsidios innecesarios se fue al tacho.

¿Qué significan estos extraños reflejos del Gobierno? Que el Ejecutivo se desnuda y deja en evidencia su escasa voluntad de hacer respetar la autoridad estatal en el cumplimiento de la Carta Política, el funcionamiento de las regulaciones y el respeto a los contratos. Y en el preciso momento en que la ola anticapitalista y anti inversión ya ha incrementado la pobreza en 1% en el 2017, no obstante que fuimos campeones en reducir este flagelo en las últimas dos décadas.

Con este tipo de reacciones políticas, ¿cómo se garantizará un crecimiento del 3.6% del PBI para este año —tal como se ha propuesto el Ejecutivo— y un incremento del 5% para el 2021? Con un Estado que abdica de su autoridad se envía un mensaje clarísimo a todas las estrategias antisistema que buscan paralizar Michiquillay, Tía María y otras inversiones vitales en recursos naturales e infraestructuras. El error del Gabinete Villanueva, pues, puede ser uno que defina su éxito o fracaso.

Sin embargo, el humor y la reacción del actual Ejecutivo parecen ser compartidos por toda la clase política que participa de un garbanzal populista, sin ser demasiado consciente de que el ventarrón anticapitalista que parece soplar solo favorece al antisistema y terminará sepultando cualquier posibilidad política para las fuerzas promercado. El incremento de la pobreza debería ser el campanazo que impulse la reacción.

En el Congreso, por ejemplo, para todos ya parece algo normal la Ley de Cabeceras de Cuenca —que busca paralizar la producción de cobre del Perú por encima de los 3,000 metros sobre el nivel del mar—, se insiste con la ley mercantilista que pretende eliminar el uso de la leche en polvo importada en la elaboración de lácteos y se guarda silencio frente al intento de un sector del Ejecutivo de imponer los octógonos anti industria alimentaria. Pero eso no es todo. El populismo no solo tiene que ver con iniciativas contra el sector privado, sino que se multiplican los proyectos que acrecientan los forados fiscales, se aprueban normas que pretenden resucitar el adiposo Estado de los ochenta —con el traslado de los contratados CAS a la planilla estatal—, se presentan propuestas para que el Estado subsidie a las amas de casa y otros despropósitos.

Los congresistas del Perú están en campaña electoral. Y a veces, parecen haberse convertido en marxistas, socialistas y estatistas, sin ser demasiado conscientes de ello. Y allí está la extrema gravedad. Algunos creen que se puede ningunear el crecimiento, manipular a los mercados y desarrollar otras intervenciones sin pagar las correspondientes facturas económicas y sociales. Ojalá el incremento de la pobreza nos lleve a reaccionar con premura.

 

  • 30 de abril del 2018

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