Editorial Educación

Nacionalismo: responsable del desborde magisterial

Gestión de Saavedra, en la práctica, abandonó meritocracia

Nacionalismo: responsable del desborde magisterial
  • 21 de agosto del 2017

Gestión de Saavedra, en la práctica, abandonó meritocracia

Tirios y troyanos intentan hallar explicaciones razonables sobre qué ha sucedido en el magisterio para que se desate un conflicto de las magnitudes que contemplamos. No obstante que el gobierno ha anunciado que se adelantará la base remunerativa de los maestros a S/ 2000, las dirigencias sindicales, de una u otra manera, buscan derribar la Ley de Carrera Pública Magisterial y la Evaluación de Desempeño Docente, intentando explotar los miedos y temores de los 360,000 docentes del magisterio.

¿Cómo llegamos a esta situación? Para entender las cosas es necesario recordar que la política estatal promeritocracia en la escuela pública empezó a gestarse en el gobierno de Alejandro Toledo y se concretó durante la administración aprista, en la gestión de José Antonio Chang: se quebró la dictadura sindical del SUTEP y se impuso la meritocracia como política estatal. Cuando Patricia Salas asumió el Ministerio de Educación (Minedu) —durante el Gobierno nacionalista— se capituló ante el SUTEP y se suspendieron las políticas promeritocracia. Durante la gestión de Jaime Saavedra se retomó el impulso a favor de la meritocracia, pero aquí vale detenerse un momento para aclarar los mitos y leyendas construidas por un sector de la media.

Con Saavedra al frente del Minedu, si bien se volvió a la meritocracia, sorprendentemente el acento estuvo en una política anti inversión privada: por ejemplo, se suspendieron las acreditaciones académicas en la educación básica y se creó la Superintendencia de Educación Superior Universitaria (Sunedu) que, en términos reales, se convirtió en una entidad enemiga de los claustros privados, al margen de las calidades académicas. El mensaje parecía ser el siguiente: si bien dos tercios de la matrícula en la educación básica corresponde a la escuela pública y otro tercio al sector privado, el objetivo es que todo sea estatal.

Hoy que ha estallado la crisis de la escuela pública con la huelga magisterial, algunos periodistas “saavedristas” llegan a pedir que los colegios privados ayuden a los niños pobres de las escuelas públicas a salvar el año escolar. El principal problema, entonces, no estaba en el sector privado, sino —tal como lo comprobamos con el terremoto sindical— en el sector estatal.

Pero, ¿por qué las dirigencias sindicales parecen aterradas frente a la meritocracia docente? Porque durante el nacionalismo y la gestión de Saavedra, en la práctica, se abandonó la meritocracia para pelear “las batallas con el sector privado”.

Si hay dudas, existen algunos ejemplos y comparaciones difíciles de cuestionar. En la administración Chang se capacitó a 160,000 docentes en las mejores universidades públicas y privadas. Este programa fue desactivado por la ministra Salas, del nacionalismo. Sin embargo con Saavedra hubo planes aislados de capacitación, becas y diplomados, pero nada parecido a una política estatal de capacitación. ¿Cómo entonces va a funcionar la meritocracia? ¿Cómo las dirigencias sindicales radicales no van a explotar el miedo que genera la meritocracia en la docencia?

Pero eso no es todo. En la gestión Chang se nombró a 30,000 docentes en la nueva carrera pública magisterial en base a criterios meritocráticos. Con Saavedra apenas se llegó a los 8,000. De un total de 360,000 docentes en el país es evidente, pues, que en la última administración se relativizó esta política estatal.

Algo más. Finalizada la gestión Chang existían 15,000 profesores contratados; con Saavedra los contratados aumentaron a 160,000. Con Chang las licencias sindicales en Lima y provincias bajaron de 330 a 30, pero con Saavedra se triplicaron a 100.

El impresionante gasto en publicidad y el poderoso aparato mediático que se organizó en la administración Saavedra permitieron desarrollar sorprendentes campañas de publicidad sobre el incremento de salarios docentes: se hablaba de sueldos entre S/ 4,500 y S/ 5,500. Sin embargo en los dos concursos públicos de docentes que hubo, los principales resultados se presentaron entre la segunda y cuarta escala magisterial que, en promedio, representan sueldos cercanos a los S/ 1,500. ¿Cómo entonces no se van embalsar las justas expectativas de los profesores?

Como se aprecia con absoluta claridad, durante la gestión Saavedra hubo demasiado humo por una complacencia mediática inexplicable. Pero lo más grave de todo es que se priorizó una absurda guerra contra el sector privado en educación, intentando cargarle todas las tintas en la crisis del sistema educativo. Hoy sabemos que el Estado colapsa y que la inversión privada en educación ayuda demasiado. Pero hoy también sabemos que el aparato de izquierda que controla el Minedu está a punto de destruir una política estatal promeritocracia que el Estado impulsa desde hace dos décadas.

 
  • 21 de agosto del 2017

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