Vía crucis de la inversión privada

¿Qué hace el gobierno para acabar con nefasta tramitología que frena el crecimiento económico?

Los inversionistas en infraestructura -al igual que los de otros rubros- siguen padeciendo su vía crucis en la frondosa maraña burocrática que les pone innumerables obstáculos a la ejecución de obras urgentes y necesarias para el país. Todo esto a pesar de las constantes denuncias que se conocen cada cierto tiempo sobre la nefasta tramitología.

La burocracia es una verdadera pesadilla. Por ejemplo, para construir un proyecto de infraestructura lineal a lo largo de muchos kilómetros, la empresa está obligada a tramitar permisos y licencias en todos los distritos por los que pasa la obra. Un concesionario se vio obligado a tramitar 288 permisos iguales en diferentes municipios a lo largo de 1,200 kilómetros. Es decir, un permiso por cada cuatro kilómetros del proyecto.

Otro ejemplo es el de las antenas de telefonía celular, que no pueden ser instaladas porque algunas municipalidades piden requisitos insólitos o simplemente se niegan a autorizarlas. Hay municipios que exigen ¡un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) por cada antena!, como si el medio ambiente del distrito fuese diferente cada tres o cuatro manzanas.

La Ley de Telecomunicaciones autoriza a las empresas a instalar antenas con cargo a regularizar después el trámite municipal respectivo. Así lo han hecho pero hay municipios que se niegan a regularizar esas antenas, desobedeciendo la ley, y no pasa nada.

Proinversión ha adjudicado, entre el 2011 y 2014, proyectos de inversión bajo la modalidad de Asociación Público Privada (APP) por US$14,535 millones, también 83 proyectos de inversión por S/. 609 millones en Obras por Impuestos (OxI), y otros 22 proyectos bajo el esquema Iniciativa Privada Cofinanciada (IPC). Un labor eficiente y encomiable. Entre las APP figuran la Línea 2 del Metro de Lima, el Gasoducto del Sur, Banda Ancha nacional, Nodo Energético del Sur y Chavimochic III Etapa.

Sin embargo, la dinámica proactiva de Proinversión es bloqueada y refrenada por la otra dinámica perversa de la tramitología, lo cual es inconcebible en un país que arrastra un déficit de infraestructura de más de US$87,000 millones y que requiere cerrarlo con urgencia para ser competitivo y consolidar su desarrollo. Según la Universidad del Pacífico y el Instituto de Regulación y Finanzas de la Universidad Esan, hasta el año 2021 se necesita invertir US$8,952 millones en banda ancha, US$4,973 millones en telefonía móvil, US$21,791 millones en redes viales, US$7,308 millones en ferrocarriles, US$32,297 millones en electricidad, por citar solo unos ejemplos.

¿De qué sirve que Proinversión apruebe iniciativas de inversión si después la burocracia las bloquea e impide ejecutarlas?

El gobierno no parece haber tomado cartas ante este problema o si lo ha hecho no ha comunicado sus medidas. En cualquier caso, haría bien en estudiar la propuesta Autorización Única, de la Asociación para el Fomento de la Infraestructura (Afin), destinada a simplificar trámites y establecer un control ex-post del cumplimiento de los mismos.

Gonzalo Prialé, presidente de Afin, ha explicado que dicha autorización permitiría que los inversionistas avancen la ejecución de los proyectos a una mayor velocidad. La Autorización sería entregada a cambio de una garantía bancaria de la empresa en la que ésta se compromete a cumplir todos los trámites y pagos que tenga que realizar mientras avanza las obras. Afin también propone que se establezca un formulario único de los municipios para que la empresa lo llene una sola vez y lo entregue al momento de pagar la autorización respectiva en cada municipio, sin más trámite.

Urge que sean removidos los obstáculos que vienen frenando desde el propio Estado el avance de las inversiones. El Perú necesita con urgencia recuperar el ritmo de crecimiento económico del quinquenio pasado para seguir avanzando hacia el desarrollo, pero sobre todo para rescatar de la pobreza al 23% de compatriotas que aún viven en esa triste condición.

  13 - Mar - 2015