¡Tía María en peligro!

El Comité de Apoyo a Tía María le está reclamando a las autoridades del Ejecutivo la conformación en Arequipa del Comité de Gestión e Información Minero Energético, tal como se realizó en Moquegua por el proyecto Quellaveco. El reclamo del Comité se debe al atraso en la entrega de la licencia de construcción de la mina Tía María. En su momento, las autoridades del sector anunciaron que la construcción de la mina se iniciaría a mediados del presente año. El Estudio de Impacto Ambiental (EIA), elaborado y gestionado por la minera Southern, corre el riesgo de perder vigencia porque se aprobó en 2014.

El objetivo del Comité de Gestión es básicamente realizar acompañamiento a los proyectos mineros que están en proceso de elaboración y gestión del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y otras actividades relacionadas con el inicio de la construcción de mina y operaciones. En setiembre pasado, el ministro del sector minero, Francisco Ísmodes anunció la conformación del Comité de Gestión que ayudará a informar a la población sobre las ventajas que ofrece el proyecto Tía María a la comunidad y los detalles técnicos sometidos a la rígida legislación medioambiental peruana. El Comité por instalarse en Arequipa ayudaría a agilizar la licencia de construcción de Tía María, atrasada en casi cuatro años.

Los resultados de las elecciones de alcaldes provinciales y distritales y de gobernadores regionales (del domingo 7 de octubre) en Arequipa hacen peligrar el proyecto Tía María. Dos movimientos independientes disputarán una segunda vuelta electoral por la gobernación regional. Según los resultados de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), al 100% de las actas procesadas y contabilizadas, el arquitecto Elmer Cáceres, de Arequipa Unidos por el Gran Cambio, obtuvo el 18.51% de los votos válidos y el abogado Javier Ísmodes, de Arequipa Transformación, obtuvo el 13.16 % de los votos. Cáceres se opone abiertamente a las actividades mineras y formaría parte del eje antisistema conformado por Walter Aduviri, recientemente elegido gobernador en Puno, y Vladimir Cerrón, elegido en Junín.

Por su lado, Ísmodes, un tanto moderado, admite la posibilidad de las actividades mineras siempre y cuando respeten el medio ambiente, tal como opera la minería moderna y responsable, instalada en el Perú desde los años noventa. Arequipa es una de las regiones privilegiadas por el canon minero pues, según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), recibió en julio pasado S/ 532 millones, siendo la segunda región —después de Áncash (S/ 1,085 millones)— en recibir las mayores transferencias.

Pese a toda la transformación lograda en las zonas mineras en los últimos años, un sector de la izquierda pretende detener la producción de cobre en todo el país. Los antimineros están relacionados directamente con las ONG del ambientalismo ideológico. Intentan, además, detener la producción de litio con argumentos jalados de los pelos. Estas entidades están también conectadas con intereses supranacionales. Las ONG reciben donaciones de especuladores mundiales de commodities, que verían afectadas sus ganancias si Perú duplicara (o triplicara) su producción de cobre y de otros minerales. En ese contexto, no queda otra cosa que señalar como antipatriotas a quienes se oponen a las inversiones privadas, que ofrecen trabajo y generan riquezas, solamente por salvaguardar sus intereses económicos personales.

A río revuelto, ganancia de pescadores. Si el enfrentamiento protagonizado por el Ejecutivo y el Legislativo continúa, y si el presidente Martín Vizcarra insiste en intervenir las instituciones, como la Fiscalía de la Nación, las inversiones serán afectadas y la pobreza aumentará por la falta de trabajo y oportunidades para los más jóvenes.

En Arequipa, el candidato Ísmodes debe dejar de lado las tibiezas que caracterizan a los políticos sin ideologías claras, debe ser firme frente al marxismo. Mientras los demás políticos desvarían, los marxistas tienen un norte claro: implantar la patria socialista, un estado mercantilista, de subsidios y prebendas, absolutista y vertical, sin protección para los derechos humanos, con medios de comunicación amordazados y libertades perseguidas. Ísmodes tiene la responsabilidad de devolverle a Arequipa, y al Perú, un futuro que nunca debió truncarse.