Se viene el boom de la fresa

Surge un cluster agroexportador en el norte chico

La agroexportación es el motor que ha permitido la aparición de una nueva clase media agraria. El mercado libre de tierras y las leyes promocionales a favor de la agricultura han permitido que el capital vuelva al campo. El avance de la agroexportación es incuestionable.

El perfil del Perú como país agroexportador ha cambiado de manera radical. Según cifras de Comex nuestras exportaciones agrarias pasaron de US$ 269 millones en 1993 a US$ 4,238 millones en el 2014. Un estudio de Apoyo Consultoría para la Asociación de Gremios Productores Agrario del Perú (AGAP) señala que, entre los años 1999-2010, se crearon más de 1,420,800 puestos de trabajo mientras que el ingreso promedio de un trabajador agrario aumentó en más del 40%

Uno de estos casos de éxito de agroexportación es la producción de fresas en las provincias del norte chico (Huaura, Huaural, Barranca). El rápido desarrollo de este cultivo ha generado nuevos encadenamientos productivos y de valor. Según la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat) en el 2014 la exportación de fresas aumentó en 52% con respecto al año anterior.  Vale anotar que en el 2012 el valor de las exportaciones de esta frutilla sumaba más de US$ 10 millones mientras que en el 2014 representó US$ 22 millones. Los principales mercados de exportación son EE.UU (46%), Canadá (14%) y Brasil (8%)  

Además, se ha creado un círculo virtuoso en la economía del llamado norte chico. Según Wilde Díaz Rojas, ingeniero jefe de campo de Agropackers, una de las empresas exportadoras que se han posicionado en la zona, ha habido un impacto positivo en el mercado laboral. Por ejemplo, en el 2005 se pagaba S/. 3 soles la hora en tanto que ahora se llega a pagar hasta S/ 7 por cada hora trabajada. Es más, ante el avance del empleo local  se ha desatado una fuerte oleada migratoria de trabajadores desde Huaraz y Huánuco. Asimismo, en el 2005, el arriendo de una hectárea por campaña (11 meses) costaba S/. 3 mil en tanto que hoy se ha duplicado. No obstante esta cifra se triplica en “tierras vírgenes” (que todavía no han producido fresas).

En la provincia de Huaura, por ejemplo,  diversas empresas exportadoras, casi todas con capital nacional, están construyendo plantas de acopio e infraestructura para la elaboración de derivados (jugos, mermeladas). En el  2014 tres de las cinco empresas de mayor participación en el mercado (Mebol, Agroworld y Agropackers) se han posicionado en el distrito de Végueta, provincia huaurina, constituyendo un clúster que incrementa el valor de las relaciones económicas.

La producción de fresas deja amplio margen de rentabilidad. Según datos de la Asociación de Exportadores (ADEX) la producción de una hectárea de fresa demanda una inversión entre S/. 20 mil a S/. 25 mil soles y, en la medida que se produce 40 toneladas en promedio y que cada kilo de fresa para la exportación cuesta US$ 1.64, se puede obtener una ganancia que supera los US$ 60 mil por ha.

Actualmente hay un amplio margen de crecimiento en el mercado ya que la demanda externa aumenta. Por ejemplo, las ventas a EE.UU entre el 2013 y el 2014 se duplicaron llegando a sumar US$ 10 millones. El volumen de ventas a Canadá, Brasil y Japón también se dobló.  Asimismo, un informe de Sierra Exportadora señala que Italia, Rusia y España son mercados de enorme potencialidad.

El éxito de la producción de fresa en el norte chico solo se puede explicar por el libre mercado de tierras,  una de las herramientas más importante para reducir la pobreza en las zonas rurales. La diversificación productiva ha empezado sin intervención estatal. Otra vez el mercado le vuelve a ganar a la burocracia.