Radicalismo contra inversiones en hidrocarburos

Los congresistas Hernando Cevallos Flores y María Elena Foronda están promoviendo una audiencia pública denominada “Hidrocarburos y Contaminación Defensa del Mar de Grau” que promete congregar a los más activos dirigentes del ambientalismo ideológico nacional. El congresista Cevallos es representante de Piura por el Frente Amplio y Foronda de Áncash, también del Frente Amplio y declarada ambientalista. Además de los congresistas, los expositores del evento en el Congreso de la República, son Vanessa Cueto, presidenta de Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR); Estefan Austermühle, director ejecutivo de Mundo Azul; Juan Carlos Sueiro, director de OCEANA, y representantes de los gremios de pescadores de Piura, Tumbes, Lambayeque y Ancash. Con ellos, el evento promete ser una seguidilla de relatos y leyendas que no corresponde a la realidad del mundo actual.

La audiencia pro “ambientalista” intenta cabalgar sobre las críticas formuladas a la manera cómo el pasado gobierno de Kuzcynski adjudicó cinco lotes petroleros en la costa norte. Los congresistas y las ONG del evento no son los únicos que han reaccionado en contra de las concesiones, sino además, la ONG antiminera CooperAcción. En un pronunciamiento rechaza los decretos supremos que confirman las adjudicaciones por atentar – según CooperAcción – contra la biodiversidad marina y sostenibilidad de las zonas marino costeras.

No es la primera vez que el ambientalismo antisistema se opone a las actividades mineras, de gas e hidrocarburos en su afanosa lucha anticapitalista y en contra de las inversiones en el país. Así como Marco Arana, del Frente Amplio, logró aprobar en el Congreso de la República la Ley de Cabeceras de Cuenca, con el objeto de impedir la realización de actividades mineras sobre los 3,000 metros sobre el nivel del mar; así también, en la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos, Afroperuanos, Ambiente y Ecología (CPAAAAE) del Congreso de la República, la representación de izquierdas logró un dictamen que “declara de interés nacional la conservación y protección del ecosistema marino de la Isla Foca, el Ñuro, Los Arrecifes de Punta Sal y el Banco de Máncora, en los departamentos de Piura y Tumbes, y su establecimiento como área natural protegida”. Dictamen que se opone claramente a cualquier actividad industrial en el zócalo marino del norte peruano.

Por el contrario, respecto al dictamen de la CPAAAAE, el Instituto del Mar del Perú (Imarpe), la institución más sería y rigurosa en temas marinos y de preservación de la flora y la fauna, sostiene que no se han establecido los criterios para determinar que las zonas mencionadas deban pertenecer a un área natural protegida.

No nos llama la atención que los antimineros de la ONG CooperAcción extienden su abanico de posibilidades y apuntan contra la exploración y explotación de hidrocarburos en el Perú. En este caso desarrollan una narrativa focalizada en la importancia de la pesca artesanal, dejando de lado a la industrial, sosteniendo que será afectada tremendamente por las actividades petroleras en la costa. La ONG argumenta sobre descargas tóxicas y contaminación en las zonas costeras provocadas por las actividades petroleras en áreas marinas. El extremismo de sus razonamientos es tal que, incluso, aseguran que tales actividades provocarán alteraciones en la estructura comunitaria del fondo marino y el alejamiento de los recursos pesqueros. Dichos que no son acompañados de ninguna sustentación, sin que nadie se responsabilice de declaraciones que no son constatadas científicamente. A los antimineros se les ocurre lanzar una idea desproporcionada para que después sea pontificada por todo el espectro seudo ambientalista. Leyendas y narrativas que sirven para engañar y confundir.

Vale decir que en el Mar del Norte, en los países con los más altos estándares ecológicos del planeta, se desarrolla intensa actividad de gas e hidrocarburos preservando el medio ambiente y la flora y la fauna gracias a los altos niveles tecnológicos de las plataformas de explotación. Un ejemplo que el Perú podría replicar acá.    

Estamos, entonces, frente a una bien organizada estructura ideológica que promueve la lucha contra el desarrollo económico nacional con fines claramente políticos. Ayer fueron los dirigentes antimineros en Chamaca, estrechamente vinculados a CooperAcción, intentando detener las actividades mineras. Lo mismo en el magisterio, con el dirigente extremista Pedro Castillo fracasando en su intento de paralizar las clases de los escolares pobres del país.