Radicalismo ahora apunta a Antapaccay, en Espinar

Para impedir el juicio de Oscar Mollehuanca, militante del Frente Amplio

Desde el portal hemos insistido en reiteradas ocasiones en que el radicalismo antiminero tiene una estrategia para desencadenar la violencia en el Corredor Minero del Sur (grupo de proyectos mineros entre las regiones andinas de Cusco, Apurímac y Arequipa). El objetivo de este radicalismo es impedir la continuación y la ejecución de importantes proyectos mineros: Las Bambas, Antapaccay, Constancia y Tía María, todos emblemáticos y de suma importancia para el crecimiento económico del país. Hoy vemos que los radicales antimineros han comenzado su ofensiva en Las Bambas y nos atrevemos a anunciar que continuarán en Antapaccay, Espinar. Todo ello debido a que el anterior gobierno nacionalista dejó una bomba de tiempo alrededor de las mesas de negociaciones en Apurímac y Cusco; pero también a los yerros y dislates cometidos en los últimos días por autoridades estatales.

Semanas atrás —en diversos informes— insistimos en que el primer punto en la mira del radicalismo antiminero era Las Bambas. Y así ocurrió. Detrás de esta asonada violenta estarían Gerónimo Coropuna y Rodmy Cabrera Espinal, quienes han organizados la Asociación de Comunidades del Área de Influencia Directa e Indirecta Afectadas por la Minería. Lo grave de todo esto es que las comunidades representadas en esta organización no integran el área de influencia directa ni indirecta del proyecto minero. Diversas fuentes indican que Cabrera es un connotado dirigente antiminero preveniente de Camaná (Arequipa) y que habría participado en las violentas protestas en contra del proyecto Tía María, en la provincia de Islay. En el mes de mayo Rodmy Cabrera, Gerónimo Coropuna y un puñado de dirigentes organizaron una “huelga de hambre” y una “marcha de sacrificio” —desde Cotabambas hacia Lima— contra Las Bambas.

Ahora nos atrevemos a anunciar que el próximo paso del radicalismo antiminero es impedir la continuación del proyecto Antapaccay, ubicado en la provincia cusqueña de Espinar. ¿Por qué? Según un documento del Frente Único de Defensa de los Intereses de Espinar, el 1 de noviembre estaría comenzando una huelga indefinida en contra del proyecto minero Antapaccay, por “incumplimientos de los acuerdos de la Mesa de Diálogo”. Pero los documentos presentados por los dirigentes antimineros no señalan cuáles son los acuerdos incumplidos por la empresa minera. No obstante, la estrategia de fondo del movimiento antiminero es impedir el juicio de Oscar Mollehuanca, militante del Frente Amplio, ex burgomaestre, ex candidato al Congreso y líder antiminero, quien alentó las asonada violentistas en el 2012, cuyo saldo trágico fue de dos muertos y varios heridos.

Espinar además concentra la mayor fuerza del radicalismo antiminero en el sur andino. Junto a Oscar Mollohuanca está su hermana, Adela Mollohuanca, quien ha purgado diez años de prisión por terrorismo. Otra de las figuras claves del movimiento antiminero es Ruth Luque, también ex candidata al Congreso por el Frente Amplio y brazo derecho de la ex candidata presidencial Verónika Mendoza.

Nuevamente lo advertimos. Se está germinando una convulsión social en Espinar, orquestada por el movimiento antiminero. El gobierno pepekausa y el titular del Interior deberían tener una estrategia para este nuevo rebrote de quienes no quieren minería moderna en el país.